En un hecho sin precedentes, 15 toneladas de uva de mesa tarijeña serán exportadas al mercado de Asunción, capital de Paraguay, en las primeras semanas de abril. “Es que la fruta es deliciosa y de calidad”, según aseguran los productores.
“Es la primera solicitud de un país externo y que exista un permiso para importar uva de mesa boliviana. Este año enviaremos uva a las colonias menonitas de Asunción del Paraguay, que es el mercado más grande”, anunció Luis Antelo Bruno, responsable de Desarrollo de Mercados de la Fundación Autapo para el Programa de Fortalecimiento al Complejo de Uvas, Vinos y Singanis.
Precisó que en la primera quincena de abril se enviará 15 toneladas de uva nacional desde los viñedos de Tarija. Antelo señaló que es la primera entrega de un proceso de exportación de largo plazo hacia el vecino país.
El año pasado visitaron a compradores en Asunción y el resultado fue positivo, porque la fruta fue apreciada por su color, sabor y tamaño. “Se abrió una gran puerta para que el mercado paraguayo consuma uva boliviana”.
Sin embargo, reconoció que el transporte será el principal obstáculo a vencer. “Tarija es el departamento que menos carreteras asfaltadas tiene y más allá de los negocios será una aventura llegar al Paraguay”, señaló.
Calidad. Antelo destacó que la exportación de la fruta nacional “es una muestra de la calidad de nuestros productos”.
“Estamos fomentando el consumo de la uva, que sea boliviana y que tengan la garantía de un producto de calidad y el origen es Tarija”, señaló. Para tal efecto, las 25 asociaciones de productores tarijeños (2.800 familias) están promocionando la uva tarijeña en diferentes ferias barriales, tanto en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz.
“Queremos llegar del productor al consumidor directamente y evitar la larga cadena de producción que al final sólo perjudica a ambos”, manifestó Antelo. Por el momento, el productor entrega la uva a un rescatista, éste a un vendero (persona que compra la uva por camiones), quien entrega a un distribuidor y éste a su vez a un minorista, quien recién vende al consumidor final. Esta larga cadena de comercialización hace que los precios se encarezcan y la uva no sea una fruta de consumo masivo, manifestó.
A su vez, también son perjudicados por el contrabando de uva que llega del Perú, Chile y Argentina. “No existe control, por eso los mismos productores están controlando en las fronteras”, dijo.
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