Dentro del acta de entendimiento firmada para la pacificación de la zona limítrofe entre Oruro y Potosí, los comunarios afectados decidieron no realizar trabajo agrícola alguno en el área del lío hasta que los estudios técnicos concluyan.
La semana pasada, pobladores de Quillacas (Oruro) y Coroma (Potosí) se enfrentaron por el uso de suelos para la siembra de quinua. El hecho violento dejó más de 30 heridos.
El fin de semana, autoridades originarias de ambos lugares decidieron hacer un pacto de no agresión y buscar soluciones.
“Las comunidades indígenas acordaron que no se va a realizar ningún trabajo agrícola en la zona de conflicto. Si no se cumple ese compromiso, las consecuencias pueden ser mucho peores”, declaró la ministra de Autonomía, Claudia Peña.
Identificó unas 50 hectáreas de tierra que serán afectadas, además de las que está evaluando un equipo técnico.
Para proteger ese acuerdo, 16 policías custodian el lugar del conflicto (ocho en cada departamento). Por su parte, el gobernador de Potosí, Santos Tito, sugirió que sea el Ejército el que se encargue de cosechar el cereal.
“Hemos solicitado que sean los militares los que cosechen a la brevedad posible ese cultivo para el bien común, para algunos hogares, el Ejército, asilos u otros”, manifestó.
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