jueves, 6 de agosto de 2015

Alimentos nativos en riesgo de perderse por la baja demanda

A pesar de su alto aporte en nutrientes, los alimentos nativos en su mayoría sólo son para el consumo de los mismos productores, ya que la demanda en el mercado es reducida o nula.

Según Nelson Tapia, coordinador del posgrado de Agroecología Universidad Cochabamba (Agruco), en los mercados hay la demanda de ciertos productos, como la papa y la quinua. Sin embargo, existen muchos otros alimentos nativos con igual y hasta mejores propiedades proteicas que desconoce la gente. “Los campesinos tienen la posibilidad de competir en el mercado, porque si la demanda creciera, los precios mejorarían”, remarcó.

Señaló que los alimentos nativos sólo se producen para el consumo interno de los productores, debido a que en el mercado tienen bajos precios porque la gente no conoce. “Los consumidores exigen variedades mejoradas con buena apariencia”, comentó Tapia.



EN PELIGRO

Copoazú, tomate de árbol, walusa o yacón o cañahua son algunos de los tantos alimentos nativos que la mayoría de los niños y jóvenes no conocen ni consumen, porque, además de ser poco comercializados, se está perdiendo la costumbre de cultivarlos. Según Tapia, la agricultura “es poco atractiva” para los jóvenes, por eso en el campo sólo se ve agricultores mayores.

En el caso de la cañahua, a los productores les cuesta llegar al mercado por la falta de demanda; no existen precios definidos y falta una estrategia nacional de promoción y comercialización, según detalla una investigación de la Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa).

El estudio también indica que es necesario tener políticas de dispersión de esfuerzos entre los actores. Además, hay poca difusión de normativas que ya existen y no se apoyó a pequeños empresarios. Se requiere de “políticas claras” para el cultivo de cañahua y el fomento de la producción.

Mientras que en el caso del maní, el bajo rendimiento y productividad en Bolivia se debe a las pérdidas durante el cultivo, antes y después de las cosechas provocados por problemas de plagas y enfermedades. Además, investigaciones de Proinpa señalan que las exigencias del mercado hacen que se cultive pocas variedades, desaprovechándose la variabilidad genética del maní y llevando hacia la erosión de la diversidad.

Similares problemas atraviesa la oca, tubérculo que se vende a bajo costo por la baja demanda, ya que se la encuentra sólo en ciertas temporadas. A ello se suma que no existe oferta de semilla de calidad. Mientras que con la papalisa, los problemas en la producción son por el ataque de hongos, como el Mukuru (Fusarium sp.), Roya (Aecidium Ulluci) y Q’aracha (Rhizoctonia Ulluci).

Mientras que el isaño, lo poco que se comercializa es a muy bajo precio. Según Proinpa, es susceptible a helada y sequía. Ahora, con respecto a la subutilización del tomate de árbol, ello está conduciendo a una alarmante reducción de su diversidad genética, cuya conservación es importante para el desarrollo futuro del propio cultivo.



Las plagas y enfermedades afectan la producción agrícola

En Bolivia, tanto en los cultivos andinos de seguridad alimentaria –cultivados en el Altiplano, puna y valles interandinos–, así como en los cultivos tropicales industriales, las enfermedades son una de las principales causas de la baja producción y productividad y por el significado de las pérdidas económicas que generan, explica en su libro de enfermedades y plagas del agrónomo Mario Coca, fitopatólogo de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS).

En el documento se señala que si no se aplicarían medidas de control de las enfermedades, como por ejemplo, el uso de fungicidas, las pérdidas en la producción serían grandes con consecuencias sociales, económicas y políticas.

"Pero a la vez, también estamos conscientes de que son la causa principal del deterioro ambiental y de la salud humana, razón porque este dilema se convierte en una doble preocupación para los responsables de la generación de políticas desde el Estado, las universidades y las instituciones privadas", precisa el fitopatólogo.

En el libro de investigación, se detalla que Bolivia al contar con gran parte de las zonas de vida del continente, privilegia y permite la producción de una gama de especies y variedades frutales, tanto exóticas como nativas; sin embargo, como todo ente biológico es susceptible al ataque de plagas y enfermedades.







Problemas

Bajos precios.
La gente desconoce la existencia de varios alimentos nativos.
Falta de apoyo a los productores y emprendedores de pequeñas y medianas empresas.
La agricultura no es atractiva para los jóvenes, quienes prefieren irse a la ciudad.

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