El ascenso en el consumo de chía en el mercado interno es evidente, dice el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), pues es cada vez más normal la disponibilidad de productos que contienen chía en los mostradores de los supermercados y mercados.
Las tiendas especializadas en productos naturales tienen entre su oferta suplementos dietarios basados sólo en chía, o bien en mezclas con cereales. Además, es destacable el crecimiento del uso de la chía en las panaderías locales, siguiendo la tendencia mundial de una alimentación más saludable.
Las semillas de chía están libres de gluten por lo que son una buena alternativa para las dietas celíacas como gelificante natural sin gluten y en la elaboración de repostería, donde puede sustituir la harina de trigo.
Según el IBCE, es difícil estimar la posición de Bolivia en un ranking mundial como exportador de chía, pues al ser un cultivo relativamente nuevo a nivel mundial aún no existen cifras reales para establecer un listado.
No obstante, la mayoría de las revistas internacionales especializadas en alimentos siempre ubican a Bolivia en el TOP 5 de productores mundiales.
Asimismo, en el caso de las exportaciones también resulta difícil establecer un ranking que permita determinar los principales exportadores a nivel mundial, porque a diferencia de Bolivia -donde la chía tiene una clasificación arancelaria propia- el producto está clasificado en la mayoría de los países bajo el código arancelario del Sistema Armonizado: 1207.99, denominado "las demás semillas incluso quebrantadas”.
Por ello su comercialización se encuentra mezclada en el registro con otras semillas oleaginosas, que en muchos casos son sólo originarias de algunos países o regiones.
Por ejemplo, según Trade Map (estadísticas del comercio para el desarrollo internacional de las empresas), el principal exportador mundial en esa posición arancelaria es China, pero no hay registros de cultivos de chía en ese país, o si los hay, no son representativos y por eso se refieren a otras semillas oleaginosas
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