¿A quién no le gusta una buena taza de aromático café? Esta bebida es infaltable en nuestros hogares y también en prácticamente todo el mundo. Aunque su origen probable está en el África, antiguamente se producía en Arabia para el consumo en toda la región musulmana. Fue introducido a los mercados europeos por los comerciantes árabes a fines de la Edad Media. Actualmente Brasil es el principal productor mundial.
Bolivia produce un café de excelente calidad, en los departamentos de La Paz y Santa Cruz se han establecido la mayor parte de las parcelas productoras de café con destino a los mercados de exportación y para el mercado interno. Se estima que alrededor del 95% de la producción de café en Bolivia se realiza en el Departamento de La Paz, y a su vez el mayor porcentaje se concentra en la Provincias Caranavi, Nor Yungas, Sud Yungas y Franz Tamayo.
La producción y comercialización de café es una fuente importante de ingresos para los pequeños productores rurales. La variada topografía presente en el territorio permite desarrollar numerosas variedades. El cultivo del café es altamente sostenible ya que cumple con los tres requisitos básicos: es rentable, es ecológico y es social.
Además de las dificultades cotidianas que enfrentan los caficultores, ahora deben encarar un reto adicional el cual es adaptarse a las consecuencias del cambio climático. Sin duda ya se comienza a sentir en el campo los efectos de anomalías en lluvias y temperaturas.
Los dos factores más importantes para el cultivo son la temperatura y la humedad. Ambos afectan la fenología del cultivo, y en consecuencia la calidad y rendimiento. Aparte de los impactos de las altas temperaturas en el cultivo, la incidencia de plagas y enfermedades es mayor, en especial la roya y el ojo de gallo proliferan ampliamente. El estrés hídrico afecta la fisiología causando una reducción de la fotosíntesis. El café Robusta se adapta mejor a las altas temperaturas, pero es menos tolerante que Arábica a temperaturas bajas.
La cantidad y distribución de las lluvias durante el año son aspectos muy importantes. Con menos de 1000 mm por año se limita el crecimiento de la planta y por tanto el rendimiento del año siguiente. Además un periodo de sequía muy prolongado favorece la defoliación y puede provocar la muerte de la planta. Por otra parte, precipitaciones mayores a 3000 mm pueden afectar la calidad física del café oro y la calidad de taza, además el control de plagas y enfermedades se hace más costoso y complejo. Niveles de humedad mayores a 85% favorecen el ataque de enfermedades fungosas. Las precipitaciones intensas durante la floración y el cuajado disminuyen la producción.
Se espera que las temperaturas media y máxima vayan en aumento, asimismo que el régimen de precipitaciones pluviales sufra alteraciones importantes en las zonas cafetaleras. De acuerdo al modelo la temperatura promedio anual de las zonas cafetaleras de los Yungas de 19,4°C actualmente llegaría a 22,9°C para el año 2050. La precipitación promedio anual actual de 1319 mm, llegaría a 1418 mm para el año 2050.
La altitud es un factor determinante en la calidad del café, el grano producido en altura es de buen tamaño y rendimiento, mejor calidad, mejor cuerpo, aroma y acidez. La altitud incide directamente sobre la temperatura, e indirectamente sobre la lluvia y humedad. En La Paz se ha logrado producir café a altitudes considerables con calidad sobresaliente. Entre los extremos se tiene Ixiamas en la Provincia Iturralde con plantaciones a menos de 300 msnm y por otra parte Licoma y Cajuata en la Provincia Inquisivi donde se cultivan las variedades Criolla y Caturra rojo a más de 2000 metros de altitud. Es probable que por el calentamiento global hacia el año 2050, las áreas por debajo de 1000 msnm pierdan su aptitud para producir café arábica de calidad y eso es un motivo de gran preocupación para todos los integrantes de esta cadena productiva.
De acuerdo al modelo MAXENT de distribución espacial de especies con variables bioclimáticas actuales y futuras de Bioclim, usando el programa IDRISI TerrSet, se predice que varios municipios en el departamento de La Paz reducirán su aptitud para el cultivo de café arábica para el año 2050. Se produciría una considerable reducción de la superficie apta para el cultivo. Si bien se podría pensar que se podrían habilitar terrenos a mayor altitud para compensar el efecto del calentamiento, esto tiene sus limitaciones ya que aparecen otros factores como son la disponibilidad de agua, el uso del suelo, heladas, radiación solar, la estacionalidad de las lluvias, etc. El problema de adaptación debe ser encarado mediante la mejora de las prácticas de control de plagas y enfermedades, fertilización del cultivo para abastecer los requerimientos nutricionales, implementación de sistemas de riego, y la buena ejecución de prácticas agronómicas en general, incluyendo podas, renovación de cafetales, proporción de sombra, cosechas oportunas, etc. para de esta manera continuar con la producción del cotizado café de altura.
*Ing. Agrónomo, El Zamorano-CATIE, jgvo@hotmail.com
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