lunes, 18 de enero de 2016

La gloria del gas se acaba y aparecen el agro y bosques

Pronosticar sobre el comportamiento de la economía no es una tarea fácil, habida cuenta de la existencia de múltiples variables en juego. Alguna vez, este ejercicio se comparó con el pronóstico del tiempo resultando muy difícil determinar en qué momento podría llover, lo que es distinto a que habrá lluvia, por ejemplo, con base en la presencia de los fenómenos climáticos que provocan las corrientes oceánicas de El Niño o de La Niña” en las costas del Océano Pacífico.

En el caso que nos preocupa, es posible que este 2016 la economía tenga algún crecimiento dado que todavía existe algún margen de reservas internacionales que podrían ser derrochadas, como está ocurriendo en el presente, estimulándose el consumo y la inversión interna, inclusive aquellas que constituyen con altas posibilidades de riesgo, como si contáramos con un “barril sin fondo” que, al parecer, se ha reducido significativamente, poniendo en peligro la estabilidad económica lograda luego de la abrupta subida de precios internacionales que, durante los últimos 9 años, benefició a nuestra economía nacional, en especial a nuestras exportaciones y a las arcas fiscales, dado que posibilitó una apreciable tajada en su favor, en la medida en que la diferencia entre los ingresos y egresos fue suficiente como para permitir un elevado impuesto (Impuesto Directo a los Hidrocarburos, IDH), como ha ocurrido en el caso de los hidrocarburos, especialmente en el tema del gas.

PROYECCIÓN Por ello, si bien sería posible hacer una proyección acerca del comportamiento de la economía para el año 2016, ésta podría ser irrelevante, si se toma en cuenta los fuertes nubarrones que se vislumbran para el futuro si es que, al igual que las corrientes marinas, no se presentan mejores escenarios especialmente en el terreno internacional dada nuestra alta dependencia externa y nuestra incipiente estructura de producción interna que no ha salido de su condición de extractivista o primaria, en general. Lo que ameritaría una profunda reflexión sobre las tareas que tendríamos que emprender en el mediano como en el largo plazo.

Especialmente en el largo plazo, dado que nuestro principal producto de exportación y de producción como es el gas, está herido de muerte o condenado a desaparecer luego de la reunión mundial en París sobre el medio ambiente y el calentamiento global del planeta, donde la solución estuvo centrada alrededor de la búsqueda de energías limpias y renovables. Al parecer, existe amplio consenso en la humanidad para cambiar la matriz energética del planeta y lo más pronto posible, lo que implica un reto para los países, como el nuestro, que dependen del gas y del petróleo, aún cuando existan muchas reservas bajo tierra y todavía persista el poder que tienen las empresas transnacionales y estatales, porque estaría en primer lugar, la supervivencia de la humanidad.

Obviamente, el aislamiento en que se encuentra la economía boliviana, su limitado mercado y otros factores adicionales, no podrían apuntar hacia la manufactura o no sería la alternativa más expedita, como es lo deseable, siendo nuestro atraso y dependencia tecnológica y a la ausencia de empresarios “innovadores” en la cantidad y calidad suficiente, por lo que nuestra mirada tendría que estar en el agro y los bosques donde todavía existirían algunos factores favorables.

Desde ya, contamos con alguna extensión importante, aunque ésta no es la condición más favorable para su explotación, con mejores índices de productividad y competitividad, ya que para ello sería necesario realizar profundos cambios, empezando por el establecimiento de una organización empresarial adecuada y sin limitaciones en la superficie agrícola individual como existe actualmente en nuestra Constitución Política del Estado, establecida, además, a través de un referendo popular puramente emotivo y demagógico.

LOS RETOS Estamos pues, frente a un devenir histórico diferente, que demanda un liderazgo distinto al que se ha acostumbrado el país, con abundante caudillismo y mesianismo que no ha servido para establecer estructuras económicas y sociales sólidas con las cuales podamos hacer frente a coyunturas históricas como las que tendremos que vivir en los próximos años. La política en el transcurso de la historia ha sido siempre tan provinciana como inútil, sea cual fuere el signo ideológico, observándose siempre lo mismo: ausencia de visión en el largo plazo y exceso de autoritarismo, junto al aprovechamiento del poder con fines individuales o de grupo.

INCERTIDUMBRE Los diversos y permanentes péndulos de nuestra historia al final de cuentas solo nos han llevado a la discontinuidad e incertidumbre, en un débil contexto institucional e inseguridad jurídica, por lo cual existe una permanente tendencia a la fuga de capitales y a la emigración de talentos, perdiendo mejores oportunidades de inversión productiva. Estamos basando nuestro crecimiento en una inversión que se realiza a expensas del Estado, en el marco de un Capitalismo de Estado, que si bien puede generar y distribuir ganancias, no engendra estructuras permanentes y dinámicas que es lo que provoca el desarrollo en países donde predomina la inversión privada en condiciones de una sana competencia y efectiva regulación pública, en función de las señales del mercado.



FOROS DE DISCUSIÓN Queda pues, una tarea pendiente para la sociedad en su conjunto, que debe buscar espacios de diálogo donde se discuta una estrategia de largo plazo, tomando en cuenta las actuales tendencias que no pueden ser subsanadas por simples “expresiones de deseo” sino con el concurso de los mejores recursos humanos que dispone el país, empezando en los centros de enseñanza y en las instituciones académicas donde es urgente encarar los problemas venideros con seriedad y conocimiento.

PERFIL

Flavio Machicado

Saravia

Es ingeniero comercial. Miembro de Número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

Miembro del Colegio de Economistas, Académicos de Número de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas. Miembro del Colegio de Ingenieros de Chile.

Ha sido profesor del Instituto Latinoamericano de Planificación de Naciones Unidas (ILPES).

Profesor universitario en Bolivia, Colombia y República Dominicana.

Profesor de Maestría en el Centro Latinoamericano de Formación y Capacitación Integral CELAF, UPB, Gabriel René Moreno, UPSA, UDABOL y San Francisco Xavier.

Profesor invitado como conferencista en varias universidades de la región y Estados Unidos.

Nació en La Paz, Bolivia, en 1978. Realizó estudios en Chile en la Universidad

de Chile.

No hay comentarios:

Publicar un comentario