Los pequeños productores de uva de varias comunidades del municipio de Uriondo, primera sección de la provincia Avilés de Tarija, reclaman a las autoridades municipales y departamentales gestionar una línea de créditos para el sector a fin de garantizar la producción de vid en la próxima gestión.
El dirigente campesino del lugar, Eider Quiroga, indicó que la demanda del sector se argumenta ante los cambios climatológicos como las heladas, sequías y granizadas a las que están expuestos, ocasionando muchas veces pérdidas irreparables.
“Lo que pedimos es poder acceder a una línea de créditos para garantizar la producción, porque la asistencia técnica y económica cuando somos afectados con los fenómenos naturales tardan meses y muchas veces no cubre lo que requiere el productor”, comentó Quiroga.
Indicó que la única opción para evitar daños por las granizadas es cubrir los cultivos con mallas, lo que significa una inversión para el productor y ante la falta de recursos económicos no todas las familias pueden acceder.
En el municipio de Uriondo existen más de 1.200 familias que se dedican al cultivo de vid, siendo el principal ingreso económico para el sustento. “Los pequeños productores de comunidades como La Choza, Calamuchita, El Valle de la Concepción, La Compañía, Colón, Laderas y muchas otras comunidades generalmente entregan la uva a las bodegas Casa Real”, agregó.
Si bien la cosecha de uva en la gestión 2014 fue positiva, según los productores se corre el riesgo de no tener la misma calidad de producción en el 2015, toda vez que primero afectó la falta de agua, luego hubo granizadas y en su momento también se presentaron heladas en algunas zonas.
RADAR ANTIGRANIZO
En tanto, el dirigente cívico del Valle de la Concepción, Jesús Gira, indicó que desde hace ocho años se ventila en los juzgados el juico por la compra del rada antigranizo, mientras cientos de familias campesinas aún peregrinan por apoyo para mejorar la producción.
Recordó que el municipio de El Valle adquirió a 350.000 dólares un radar antigranizo que nunca entró en funcionamiento. “Este radar, en estos momentos, se encuentra obsoleto como un elefante blanco, porque no sirve”, dijo.
“Esto perjudica al sector campesino, porque debemos estar año tras año adivinando cuándo llegan los desastres naturales como el granizo y combatiendo como podemos las comunidades con las bombas y cohetes artesanales que fabricamos en el campo”, añadió Quiroga al recordar que el campesinado nunca tuvo algún beneficio del radar adquirido.
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