Cerca de 1.335 productores y recolectores de cacao silvestre organizados en 11 asociaciones, en cuatro departamentos de Bolivia (Cochabamba, La Paz, Beni y Santa Cruz) coordinan acciones, se capacitan y se proveen de infraestructura para dar valor agregado a su producción y, prácticamente, triplicar sus ingresos.
Todo este objetivo es buscado de la mano del proyecto de Capacitación y Asistencia Técnica para el Fortalecimiento de Capacidades Productivas y Gestión Empresarial, Comercial y Asociatividad en el Complejo Productivo Integral del Cacao Silvestre. El proyecto pertenece a Pro Bolivia, oficina desconcentrada del Ministerio de Desarrollo Económico.
Este proyecto, según explica la supervisora, Claudia Rocabado, nació en diciembre de 2013 con el objetivo de otorgar herramientas y capacitación a estos productores, organizados en siete asociaciones en Beni, dos en La Paz y una en Cochabamba (Chimoré), y se busca incluir a una más en Santa Cruz.
Ocurre que el cacao silvestre permite la conservación de bosques y es muy apreciado a nivel internacional para la elaboración de chocolate, pero los productores de Bolivia lo venden como materia prima casi en estado primario.
Por ello, el proyecto busca dar un valor añadido a la materia prima avanzando en la mayor cantidad posible de pasos hacia la industrialización para lograr pasta, polvo y manteca de cacao, entre otros, evitando al intermediario del acopiador.
Pero antes, se tuvo que hacer un estudio de validación de las necesidades de cada asociación, que no son las mismas, y esta investigación fue encargada a Chocolate Tropical. Después, se buscó dotar de tecnología a las asociaciones, según sus necesidades, gracias a una donación internacional.
Es que para gran parte del proceso se requiere tecnología. El proceso pasa por varias fases, comenzando de la recolección de la mazorca del árbol, el desconchado (ruptura de la capa gruesa), extracción de los granos de cacao (aún con su envoltura), fermentado (donde el caco adquiere sus características clásicas de color, olor y sabor). Después se pasa a la fase de secado, para desprender la capa que recubre la semilla del cacao.
A partir de este punto, la mayoría de los recolectores vende su producto a los intermediarios o acopiadores, pero con las máquinas de tostar y obtener licor se da paso al valor agregado. Algunas asociaciones podrían llegar a producir incluso tabletas. Es el ideal.
De forma transversal se busca fortalecer las asociaciones, con asesoramiento empresarial, documentos de certificación orgánica, liderazgo, comercio justo, denominación de origen y otros. Según Rocabado, Ecuador está muy interesado en estos productos con valor agregado, por lo que al finalizar este acompañamiento se busca promover una rueda de negocios para lograr contactos y mercados, por lo que se vuelve a insistir en la necesidad de una certificación.
PRO BOLIVIA
Entregan lotes de maquinaria a las asociaciones
Pro Bolivia acaba de entregar a las asociaciones recolectoras los primeros 10 equipos de un lote de maquinaria valuado en 1.821.300 bolivianos financiados con una donación de la Unión Europea.
El director de Pro Bolivia, Óscar Alcaraz del Castillo, destacó que los primeros equipos fueron armados en Cochabamba, y que el restante se irá entregando paulatinamente hasta abril de 2015, cuando concluya el proyecto.
En la primera entrega se beneficiaron las asociaciones de Chimoré con una zaranda mecánica; la TCO Baures de Beni con la línea completa de transformación (tostadora de granos, descascaradora y molino), al igual que San Buenaventura y Apaet de Tumupasa, ambas en La Paz.
Los equipos permitirán seleccionar los granos de cacao, según peso y forma, descascararlos y limpiarlos de impurezas, tostarlos para darles aroma y color, además de reducir su dureza, y molerlos para lograr pasta o licor de cacao.
GANANCIAS
Asociados expresan sus expectativas
El presidente de la Asociación de la TCO Baures, Jaime Paz Moreno, declaró que indígenas y campesinos esperan triplicar ingresos, pues ya no venderán sólo grano, sino que podrán producir pasta, licor, polvo y manteca de cacao. Explicó que con el proyecto se espera subir la venta de 500 a 2.000 arrobas al año.
El presidente de la Asociación de San Buenaventura de La Paz, Gabriel Flores, dijo que actualmente los recolectores y productores muelen el cacao a mano y tacú dando forma rústica a la pasta por lo que no pueden llegar a los mercado en buenas condiciones. Con los equipos donados, esperan llegar a ferias en el país y, si es posible, exportar, ya que Bolivia cuenta con cacao de muy buena calidad.
La presidenta de la Asociación de San Ignacio de Beni, Loida Roosel, dijo que su organización sólo recibió capacitación y que espera con ansias los equipos para transformar el cacao.
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