Las tratativas para la exportación comenzaron hace dos meses. Al momento, el Senasag efectúa los estudios fitosanitarios que posibiliten la transacción. Se prevé que la venta de la oleaginosa supere las 300 mil toneladas, que suplirán la escasez de grano que tiene Brasil, debido a la sequía que mermó su primera cosecha del año.
636 dólares fue la cotización que alcanzó la tonelada de soya en la bolsa de Chicago, Estados Unidos, hasta el jueves de la semana pasada.
285 mil hectáreas de soya fueron sembradas en la primera campaña del año y se espera que rindan 1,9 toneladas de grano cada hectárea.
Bolivia, el octavo productor de soya del mundo, está próximo a vender más de 300 mil toneladas de esa oleaginosa a Brasil, considerado el primer productor mundial de ese alimento junto con Estados Unidos (EEUU). El país vecino sufrió una sequía que golpeó su reciente cosecha.
“El Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras está coordinando con su par (brasileño) para efectivizar la comercialización de soya boliviana”, confirmó a Cambio el viceministro de Desarrollo Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez.
Hace dos meses, los productores brasileños hicieron la solicitud verbal de importación, dijo la autoridad, aunque no precisó las cantidades que se están negociando.
“Hay una intención de venta, hemos iniciado también gestiones con el Viceministerio de Comercio Exterior (...) queremos exportar más de 300 mil toneladas de soya. Tenemos bastante grano y lo que queremos gestionar es el espacio que tienen las industrias”, aseveró el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Demetrio Pérez, durante una entrevista que concedió a este medio.
Otro país que analiza la posibilidad de adquirir el cereal es Argentina, que también atravesó por problemas climáticos que mermaron su producción.
“Tenemos una gran sobreproducción de grano de soya, pero además la dificultad de que los silos en Santa Cruz están colapsados, y viene la cosecha de maíz, de girasol, de sorgo, y eso implica la necesidad de desahogar esta cantidad”, puntualizó el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Antonio Rodríguez.
Estudios
Se están definiendo los parámetros para hacer efectiva la negociación de venta de soya a Brasil. En ese sentido, el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) efectúa los análisis correspondientes al producto, según informó el viceministro Víctor Hugo Vásquez.
El representante del IBCE recordó que en la década de los años 80 se sentó un precedente de exportación de esa oleaginosa boliviana a Brasil, ocasión en que no hubo ningún problema de tipo sanitario.
Por lo tanto, “lo que corresponde ahora es homologar los permisos, ya que Bolivia no pone ningún tipo de reparo al ingreso de soya brasileña, como se ha dado en años anteriores”, agregó.
Rodríguez pidió además que se respeten los acuerdos del Mercosur de libre comercio, firmados en 1996 y que entraron en vigencia en febrero de 1997, convenios por los que la soya boliviana puede ingresar a Brasil con arancel cero y sin ninguna traba arancelaria.
En ese marco, no deberían existir obstáculos de orden sanitario para que la oleaginosa nacional ingrese en el país vecino y mucho más cuando hay antecedentes de exportación del grano que datan de hace años.
Necesidad
Según la publicación de América Economía del 8 de agosto, los productores brasileños del estado de Mato Grosso do Sul dieron a conocer que requieren cerca de 300 mil toneladas de soya.
La oleaginosa que se pretende comprar a los productores bolivianos servirá para alimentar al ganado, principalmente porcino.
La situación que atraviesa el Estado brasileño refleja que no existe una adecuada planificación agrícola por parte del mayor vendedor global de carne y aves, y creciente exportador de cerdo, afirmaron algunos analistas a la revista América Economía.
La producción de soya brasileña -cuya cosecha acabó en mayo- cayó a 65 millones de toneladas, de un récord de 75 millones durante 2011, debido a la sequía por la que atraviesa esa región.
La revista añade que los agricultores brasileños fueron tentados por los altos precios que ofrecían tanto en el mercado internacional como en el local, por lo que no almacenaron lo suficiente para afrontar esta época de sequedad.
“El primer semestre, China compró mucha soya brasileña, por lo que ahora nuestra reserva es cero, de hecho es probablemente negativa”, aseveró el director de la consultora MB AGRO de Sao Paulo, Alexandre Mendonca de Barros.
Durante una conferencia agraria, Mendonca de Barros comentó que la escasez del grano podía ocasionar que los precios de ese insumo suban hasta cerca de 18 dólares por bolsa de 60 kilos.
En ese marco, el especialista sostuvo que la soya boliviana no tendría problemas para pasar los controles aduaneros.
El país ocupa el cuarto puesto en producción
Bolivia ocupa el cuarto puesto como productor soyero en Sudamérica (detrás de Brasil, Argentina y Paraguay), aseguró el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Demetrio Pérez.
Añadió que en los recientes 20 años, la soya se convirtió en uno de los principales productos de exportación no tradicionales.
La industria soyera representa cerca del 12% de las exportaciones y es el tercer ingreso más importante del país, después de hidrocarburos y minería.
Esa oleaginosa representa entre el 5 y 6% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, que para 2012 bordeará los 25 mil millones de dólares, según las proyecciones gubernamentales.
Anapo calcula que cerca del 80% de la producción se destina a la exportación y el resto abastece el mercado nacional.
El principal mercado de exportación es la Comunidad Andina (CAN). En la actualidad, los exportadores buscan nuevos mercados para responder al incremento de su producción.
Soya nacional ayudó a mejorar la brasileña
“La calidad de soya nacional es buena, hay que recordar que en el segundo quinquenio de los años 80 Bolivia exportó el grano a Brasil y la paradoja es que entonces la soya boliviana se mezclaba con la de ese país para mejorar la calidad brasileña, de tal suerte que antecedentes de exportación hacia Brasil existen”, dijo a Cambio el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez.
Por su parte, el presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Demetrio Pérez, desvirtuó de manera categórica que la soya boliviana sea de mala calidad.
“Lo que sucede es que no habíamos exportado como granos; como semilla, sí”, apuntó.
Al respecto, el viceministro de Desarrollo Agropecuario y Rural, Víctor Hugo Vásquez, aseguró que entre la soya boliviana y la brasileña “no existe diferencia; (en) Bolivia sólo el 20% de soya es tradicional, el 80% es transgénica, no hay ninguna diferencia”.
Las declaraciones de los tres expertos son la respuesta a la afirmación que hizo a América Economía una asesora del gobierno del estado de Mato Grosso do Sul, quien pidió no ser identificada porque no es la portavoz oficial, quien aseveró que “el gobierno federal está haciendo un análisis de riesgo porque sería la ‘primera vez’ que importemos granos de soya de Bolivia”.
Carlos Dávalos, analista de Granos Corretora en Mato Grosso do Sul, sostuvo que “Paraguay no tiene más soya (y) que Bolivia sería una alternativa, pero (que) ese país (Paraguay) históricamente no ha tenido soya de calidad”.
Grupos industriales del sur brasileño ya importaron pequeñas cantidades de soya paraguaya sin intervención del gobierno regional, y empresas del estado compraron 18 mil toneladas de Paraguay.
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