La producción agroecológica en Cochabamba es limitada por la falta de información de los consumi- dores hacia estos productos.
La agroecología es un sistema de producción que involucra el manejo sustentable de recursos naturales para la producción de alimentos sanos. Asimismo cuida que los aspectos sociales y culturales de las comunidades productoras no sean alterados.
“Las condiciones para la producción agroecológica son buenas pero no se tiene el apoyo de los consumidores, no están informados de los beneficios y tampoco de lo sacrificado que es producir alimentos sanos y prefieren comprar lo más barato”, expresó la representante de la Asociación de Productores de Alimentos (Asopal), Luz Mary Zelaya.
De acuerdo al producto, los precios de estos alimentos puede tener un incremento entre el 15 y 25 por ciento con relación a uno convencional. Los productos agroecológicos, además de sustituir los insumos químicos tóxicos cuidan también los aspectos normados en la Ley 3525 de Regulación y Promoción de la Producción Agropecuaria y Forestal no maderable ecológica. Es así que evita la explotación y el trabajo infantil, y una distribución equitativa de las ganancias, según informó el director de la fundación Agrecol Andes, Daniel Vildoso.
“No se trata de producir a toda costa, sino de cuidar que en cada etapa del proceso no se atente contra la salud tanto física y/o emocional de los actores”, dijo una productora independiente de huevos de gallina, Melvy Clavijo.
PRODUCCIÓN CONVENCIONAL En Bolivia, una de las ventajas señaladas por los expertos es la amplia experiencia de los agricultores en el desarrollo de tecnologías y prácticas milenarias que les permitió convivir con la naturaleza sin dañar el medio ambiente. Según el jefe del área de investigación de la fundación Proinpa, Noel Ortuño, existe la disposición y motivación de los productores para desarrollar alternativas agroecológicas, así como políticas gubernamentales que impulsen esta producción.
“Las estadísticas reflejan que la cantidad de familias en proceso de utilizar bioinsumos asciende de 500 a 600 en un año”, explicó.
Para la economía del campesino, la producción convencional con productos sintéticos (químicos tóxicos) es más rentable a corto plazo, ya que pueden cosechar hasta dos veces de lo habitual, sin embargo, existe una tendencia creciente a utilizar abonos y pesticidas naturales para cuidar la producción a mediano y largo plazo. Una de las principales limitaciones es la falta de estrategias y políticas para la comercialización, ya que muchos terminan vendiendo en mercados populares al mismo precio que los convencionales.
Capacitación y concientización
Una de las tareas actuales de organizaciones e instituciones es la concientización y capacitación a los consumidores; tanto para informar de los beneficios de impulsar la producción agroecológica, como para reconocer la autenticidad del producto que compran, según informó el director de la fundación Agrecol Andes, Daniel Vildoso. Destaca la importancia de implementar un plan nacional liderado por el Gobierno central, para que a través de instancias departamentales se coordine el trabajo entre instituciones y consumidores.
“Se requiere el trabajo de empresas privadas, certificadoras y de control que mediante una verificación en campo, permitan etiquetar los productos y empaques con un sello para reconocer la garantía y seguridad del producto”, señaló. Uno de los avances para la comercialización es el establecimiento de la “EcoFeria” que congrega a productores agroecológicos todos los miércoles desde hace seis años en el parque La Torre.
Productores necesitan tecnologías sustentables para cultivos
En el desarrollo y crecimiento de la producción agroecológica en Cochabamba, investigadores señalan la importancia de desarrollar nuevas tecnologías que permitan cubrir la demanda de bioinsumos alternativos a abonos, pesticidas y plaguicidas sintéticos (químicos tóxicos), que sean económicos y que no dañen el medio ambiente.
El jefe del área de investigación de la fundación Proinpa, Noel Ortuño, explicó que actualmente se desarrollan investigaciones para incorporar microorganismos naturales como insectos, bacterias, hongos y otros, presentes en el suelo, para elaborar bioinsumos que eliminen las plagas y mejoren la producción. La sostenibilidad de este proceso se centra en la transferencia de tecnología a través de asociaciones de productores, Alcaldías y ONGs, para llegar a las familias de agricultores. Actualmente, quince plantas de producción son manejadas por agricultores y asociaciones de productores que intervienen en todo el proceso, desde la elaboración hasta la aplicación y comercialización.
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