Un 70 por ciento de toda la producción de duraznos de temporada en los municipios del valle alto fue severamente dañado por la prolongada sequía, las heladas, los vientos huracanados, el bajo rendimiento de las variedades genéticas y el cansancio de las tierras, de acuerdo a una evaluación preliminar de la Plataforma de Frutas del Valle Alto (Placiit-FV).
“Como quiera que estamos sufriendo una tremenda sequía, porque no ha llovido nada este año, un 70 por ciento de las plantas en flor no han alcanzado su pleno desarrollo y encima el viento se ha encargado de diezmar miles de plantas por los suelos”, dijo Humberto Vargas, presidente de la Placiit-FV y director de Desarrollo Productivo del municipio de Cliza.
Indicó que a diferencia del año pasado, cuando las heladas y ventarrones de octubre afectaron el 68 por ciento de la producción de duraznos, este año los técnicos detectaron la presencia de otras variables como la fertilidad de los suelos y la efectividad de las variedades genéticas que, como el Gumucio Reyes, no están absorbiendo adecuadamente los nutrientes del suelo.
“Ya nos hemos reunido a nivel de la Placiit-FV y hemos resuelto investigar este fenómeno que no solamente se expresa con heladas y fuertes vientos, sino también con la infertilidad de los suelos, la resistencia que habría creado la variedad Gumucio Reyes y fundamentalmente el cambio climático en toda la región del valle alto”, señaló Vargas.
Lamentó que debido a la sumatoria de todos estos factores, apenas un 30 por ciento de la producción prevista para la presente campaña agrícola ingresará al mercado de Cochabamba a partir de la segunda semana de enero próximo si persiste la falta de lluvia.
Respecto a las pérdidas económicas que estarían sufriendo los fruticultores, Vargas dijo que las mismas oscilan entre 2 y 4 mil dólares dependiendo de la zona donde están localizadas las plantaciones.
Según la Placiit-FV, en toda la región del valle alto, que abarca los municipios de San Benito, Cliza, Tarara, Arbieto y Punata, existen alrededor de 2.200 hectáreas sembradas con durazno, en gran porcentaje de la variedad Gumucio Reyes.
Alrededor de 2.500 familias que viven de la producción de duraznos en toda la región estiman cosechar entre una y dos toneladas del fruto por hectárea a diferencia de anteriores años cuando obtenían hasta cinco toneladas por hectárea.
Según estadísticas del Servicio Departamental de Agricultura y Ganadería (Sedag), en la extensa región del valle alto existe un total de 2.700 hectáreas de durazno, de las cuales 2.200 se encuentran en pleno proceso de producción y de ese total un 40 por ciento están localizadas en el municipio de San Benito, un 30 por ciento en Arbieto y el restante 30 por ciento entre Tarata, Cliza y Punata.
ESTRENAN VARIEDADES DE MANZANA
El mercado de Cochabamba empezó a recibir la producción temprana de manzanas de las variedades eva, princesa y condesa, que algunos productores de los municipios de Cliza, Tarata y del valle alto cultivaron desde hace dos años en huertas familiares.
“Considerando que son variedades nuevas, introducidas de Brasil hace dos años, muchos productores de Cliza, Arbieto y Tarata tienen entre 50 y 70 plantas en cada huerta familiar, que en conjunto no deben superar las dos hectáreas”, comentó el director de Desarrollo Productivo del municipio de Cliza.
Agregó que las tres variedades, que se caracterizan por su presentación vistosa, color rojo intenso, tamaño mediano, contextura arenosa y alto contenido de azúcar, soportan mejor las variaciones climáticas además de las plagas, razón por la que tuvieron buena aceptación entre los fruticultores del valle alto. Los agricultores proyectan desarrollar cultivos comerciales a partir del próximo año.
Los productores señalaron que por la excesiva demanda de plantines, el año pasado los precios por unidad llegaron hasta 40 bolivianos. Antes, el costo de las plantas estaba entre 19 y 20 bolivianos.
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