La mayor parte de las ciudades afectadas por la sequía en el centro y el sur de China registraron lluvias fuertes y moderadas, lo que contribuye a poner fin a la peor sequía de las últimas seis décadas en los cursos medio e inferior del río Yangtsé, el más largo del país.
En la provincia central de Hubei, 28 ciudades y distritos recibieron precipitaciones, entre ellas la ciudad de Xianning que registró el mayor volumen de lluvias con 163,4 milímetros, informó el buró meteorológico de Wuhan, la capital provincial.
Los expertos del buró meteorológico provincial prevén que las lluvias alivien la sequía en el norte y el noroeste de la provincia de Hubei, mientras que la parte oriental seguirá afectada.
“Se necesita más lluvia para empapar los 1,25 millones de hectáreas de cultivos, que no han recibido precipitaciones desde el pasado mes de noviembre”, señaló el buró en una nota de prensa. La entidad indicó que está preparada para crear lluvia artificial y aumentar el volumen de precipitaciones.
“Lluvias torrenciales caerán en el oeste y el norte desde el fin de semana, mientras que toda la provincia recibirá lluvias moderadas o aguaceros”, informó Ye Chengzhi, especialista de la estación meteorológica provincial de Hunan.
Ante el comienzo de la temporada de lluvias, Ye advirtió de que la provincia debe permanecer alerta ante posibles inundaciones poco después de que termine la sequía.
Según el pronóstico de la estación, se esperan también precipitaciones durante esta semana en las provincias de Jiangxi, Anhui y Zhejiang, y la metrópoli de Shanghai, en el este del país, así como en la municipalidad de Chongqing y la provincia de Guizhou, en el suroeste.
La peor sequía de los últimos sesenta años se registró a lo largo del río Yangtsé que es el más largo de China, el más largo de Asia y el tercero del mundo, tras el Amazonas y el Nilo.
Hielo seco y el yoduro de plata
Las autoridades de Qinhuangdao, en la provincia china de Hebei (norte), ya lanzaron en abril a la atmósfera cohetes con hielo seco y yoduro de plata desde siete lugares diferentes para crear lluvia artificial y apagar un incendio en un bosque.
En esa ocasión se esperó que los 129 cohetes originen suficiente lluvia para que ayude a los bomberos a sofocar las llamas. Otra forma de producir lluvia artificial es el descubrimiento de Brening que fue la superficie negra, un material térmico que absorbe la luz del sol e irradia calor a la atmósfera, capaz de elevar su temperatura a 40 grados centígrados. Como efecto, se generan nubes que, a su vez, provocan lluvia. La construcción de esta “isla de calor” cuesta aproximadamente 40 millones de euros, pero no tiene gastos de mantenimiento y es ecológica a diferencia del uso de los cohetes.
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