Pobladores de los municipios de Calamarca y Colquencha ahora pueden cultivar hortalizas en terrenos donde antes era imposible por la falta de agua. Esto fue factible con la implementación de carpas especiales en las que utilizan sistemas de riego por goteo, y con manguera y cuya agua extraen de pozos bombeados con energía de paneles solares.
"Antes teníamos una pregunta, ¿cómo vamos a manejar la carpa?, ¿cómo vamos a regar si no tenemos agua? Gracias a los ingenieros encontramos un método que es a base de goteo de mangueras. Eso tuvo un buen funcionamiento”, explica William Mamani, miembro de la Asociación de Productores Agropecuarios de la comunidad Caluyo en Calamarca.
Esta comunidad está ubicada a una hora de la ciudad de La Paz, en la carretera que va hacia Oruro. Adentro de su carpa -construida con adobes y una lona plástica amarilla como techo-, él afirma que hoy en día produce alimentos que antes, debido al clima seco, eran difíciles de cultivar. Entre estos están: lechuga, apio, perejil, pepino y zapallo.
La carpa "demostrativa” -como se la llama- es parte de un proyecto del Centro de Investigación y de Promoción del Campesinado (CIPCA), regional La Paz. Entre otras características, esta iniciativa consiste en conseguir agua para riego con métodos novedosos, como el riego por goteo de mangueras, que son abastecidas con bombeo de pozos con energía solar.
"Estamos trabajando cinco meses con la carpa. Esta producción es natural. No hay nada de químico”, comenta este productor, antes de mostrar cómo 10 mangueras están dispuestas entre la tierra y los vegetales que florecen en medio del calor interno de la carpa.
A 45 minutos de este lugar, en el municipio de Colquencha, una asociación de mujeres también trabaja con carpas especiales para cultivo de hortalizas en lugares secos. La diferencia es que ellas no implementan el riego por goteo, sino mediante chorros normales de manguera.
Silveria Mamani es una de las 24 mujeres que conforma la asociación de mujeres productoras Estrellitas. Ella montó en su casa una carpa, hecha de adobe -como la de Calamarca-, pero con el techo de calamina plástica "para que el calor se mantenga”.
Una de las características de este tipo de infraestructuras -que en el caso de Silveria fue edificada por su esposo- es que evitan el ingreso de lluvia y de cualquier otro agente que pueda interrumpir a la producción.
"Esta carpa es un beneficio para mi familia y para el pueblo. Sacamos hasta para vender. Sacamos a la ciudad. Nos ayuda en nuestra economía. Damos hortalizas en la familia”, comenta Mamani.
El director de la regional CIPCA Altiplano, Eduardo Acevedo, explica que con este tipo de sistemas de cultivo fueron beneficiadas en Calamarca 270 familias, y en Colquencha 245. A su juicio, el ser emprendedor es la clave para salir adelante en este tipo de emprendimientos. "Si somos emprendedores, vamos a lograr muchas cosas en la vida”, afirma.
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