Bolivia genera 500 toneladas (t) de envases de plaguicidas cada año, provocando un riesgo al medio ambiente y a la salud de la población, ya que la mayoría de los envases desechados mantienen residuos químicos en su interior.
Se trabaja en un programa piloto. Omar Huici, coordinador regional de la Fundación Plagbol, señaló que los envases vacíos de los plaguicidas son residuos peligrosos, ya que son enterrados, quemados e incluso reutilizados. Por lo que están encarando un programa piloto en los municipios de San Julián y Pampagrande para recoletar estos envases.
"Se tiene que trabajar para que haya una disminución en la generación de estos residuos, esto implica que el agricultor cambie su forma de pensar, ya que el solo hecho de utilizar responsablemente un plaguicida disminuye las dosis de aplicación", dijo.
También indicó que en estos dos municipios se logró recoletar más de 1,5 toneladas de envases.
En tanto, Guido Condarco, director ejecutivo de Plagbol dijo que la zona de los valles cruceños se utiliza una gran cantidad de plaguicidas, pero aclaró que esto se debe principalmente a la poca información y capacitación que tienen los productores. "Hemos visto que se coloca hasta cinco productos para fumigar las hortalizas".
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