PROINPA | CON EL APOYO DE COOPERANTES NACIONALES Y EXTRANJEROS, APOSTÓ POR DESARROLLAR LA BIOTECNOLOGÍA PARA POTENCIAR LOS CULTIVOS DEL PAÍS SIN DAÑAR EL MEDIOAMBIENTE
A pocos minutos de la ciudad de Cochabamba, en la zona de El Paso, en los centros de investigación de la Fundación para la Promoción e Investigación de Productos Andinos (Proinpa), han aislado cepas nativas de Trichoderma y Bacillus subtillus, dos microorganismos que son la base de biofungicidas, bioinsecticidas, biofertilizantes y aceleradores de fermentación orgánica que se están produciendo a gran escala desde hace menos de un año para cultivos orgánicos.
Proimpa, institución que recientemente recibió de la Academia Nacional de Ciencias de Bolivia el “Premio a la Excelencia”, trabaja en la investigación agrícola desde hace 23 años. Hasta hace dos años producía bioinsumos para la agricultura boliviana de manera artesanal y desde el año pasado logró subir su cobertura de 100 a 2.220 hectáreas el uso del biofertilizantes y biofungicidas, una combinación de microorganismos y extractos de frutos y plantas medicinales que sirven para mejorar el crecimiento y resistencia de las plantas.
Esta institución, además de la estación experimental de El Paso en Cochabamba y otra en Quipaquiani, en La Paz, tiene oficinas en las dos ciudades mencionadas, así como en Sucre, Potosí, Oruro y Uyuni, desde donde trabaja con alrededor de 400 comunidades en 75 municipios del país.
Según el gerente general de Proinpa, el doctor Antonio Gandarillas, en los últimos cinco años, han llegado con su tecnología a más de 54 mil beneficiarios que producen más de diez cultivos andinos y han contribuido desde la creación de la fundación a la formación de al menos 1.000 profesionales jóvenes de las carreras de agronomía desarrollo rural, comunicación, economía, sociología y biología.
Gandarillas señala que Proinpa es una institución que tiene en su asamblea a las universidades Mayor de San Simón, Privada Boliviana, la Federación de Empresarios de Bolivia, la Academia de Nacional de Ciencias, el Centro Internacional de la Papa, la Cooperación Suiza, la Confederación Nacional de Agricultura de Bolivia Biovertity International y David Villarroel.
El científico dijo que hasta la fecha, en el marco de los proyectos ejecutados por Proinpa, se han puesto a disposición de los agricultures alrededor de 40 variedades mejoradas de papa, trigo, quinua, maní y maíz con resistencia o tolerancia a factores bióticos y abióticos, con lo que los productores han logrado incrementar sus rendimientos en al menos 20 por ciento.
A la consulta de con quiénes trabajan, el doctor Gandarillas señala que para cumplir con sus objetivos establecieron alianzas en el ámbito nacional con el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria Forestal (Iniaf), el Senasag, las gobernaciones, municipios, universidades públicas y privadas, asociaciones de productores, fundaciones y ONG’s. “Lo que intentamos es dar soluciones amigables con el medioambiente a los problemas de los agricultores del país. Hemos investigado mucho y nuestros laboratorios de investigación son una referencia”, agregó.
LAS INVESTIGACIONES
La ingeniera agrónoma Mayra Claros, investigadora de Bioinsumos-Hortalizas Manejo Integrado de Cultivos, explica que en la naturaleza hay microorganismos, hongos y bacterias, que en ciertas condiciones ayudan al crecimiento y rendimiento de los cultivos.
Dijo que hay microorganismos que son buenos y que favorecen a las plantas y que lo que hay que lograr es que estos tomen el lugar de los malos, un principio en el que se basan al trabajar en los bioinsumos.
La científica boliviana afirma que hasta la fecha han aislado cuatro microorganismos que ya están registrados y que tienen otros 14 que están aún en proceso de registro, lo que puede demorar de dos a cuatro años.
El biofertilizante y biofungicida que se ha desarrollado por Proinpa, en base a microorganismos, puede ser usado de varias maneras. “En la mayoría de los casos se trabaja en la semilla, así va directamente fortalecida a la tierra, pero también se puede poner al suelo, al abono orgánico y a follaje”, precisa.
EL OLOR DE LAS HEMBRAS
En el Laboratorio de Entomología, el investigador Ilich Figueroa, trabaja con las feromonas sexuales de varios insectos para evitar que las polillas, la mosca de la fruta o la Ticona se procreen y se conviertan en una plaga en los cultivos de la quinua, los frutales, el maíz, el tomate y la papa almacenada.
El investigador explica que este producto, que consiste en una goma de uno por dos centímetros en forma de tapa, lleva una gota de la feromona sexual artificial en la parte interior y que fue sintetizada por encargo de este laboratorio en otro de Holanda, lo que atrae al macho a la trampa. Las feromonas, sustancias que atraen a los machos, son específicas de cada especie de plaga, por lo que en cada caso se debe hacer una investigación completa.
De igual manera, Figueroa dijo que ha trabajado con la mosca de la fruta, un insecto que se incrusta en la pulpa y produce unos gusanos pequeños blancos, pero a éstos se los ha combatido rociando a la planta con extracto de capsaicina.
Este científico, que hace investigaciones sobre los insectos que afectan en la agricultura, tiene en su laboratorio un criadero de gusanos, en todas las fases de su crecimiento, con los que prueba la efectividad de la capsaicina, un componente del locoto que le da el picante. Hasta la fecha ya ha logrado combatir las larvas de la quinua en primer y segundo estadio, así como la arañuela del duraznero que lo ataca antes y después de la floración, y en los pulgones de la papa y en hortalizas como la cebolla, el tomate y otros.
Señala que otra de las ventajas adicionales de aplicar en los cultivos este ecoinsecticida es que actúa en los gusanos a nivel del sistema nervioso central, debilitando su sistema de masticación y transporte, es que ahuyenta a los roedores, liebres, aves y otros vertebrados.
La investigadora Giovanna Plata, quien dirige el Laboratorio de Sanidad Vegetal, investiga todos los casos de enfermedades que llegan a su laboratorio o cuando los productores van a introducir una nueva especie de banano, soya u otra planta y requieren una certificación de que no tiene ninguna enfermedad que en el futuro les traerá problemas.
Según la científica recientemente está estudiando el caso de un grupo de bananeros exportadores cuyas plantaciones en Chapare empezaron a morir y ya registraron pérdidas cuantiosas. “Preliminarmente podemos decir que se trata de un hongo que se llama Fusarium raza 4 que ataca el tallo del banano y lo necrosa”, dijo.
Después de identificar al patógeno o insecto, señala, podremos dar una solución, pero que no dañe el medioambiente y que sea accesible a los agricultores.
LA PRODUCCIÓN INDUSTRIAL
Con todo lo desarrollado en sus laboratorios, Proinpa ha establecido una planta de “bioinsumos” donde se aplican los resultados de las investigaciones en la elaboración de insumos agrícolas como bioferitilizantes, bioinsecticidas, biofungicidas y otros para que los productores del país contribuyan a la práctica de una agricultura ecológica y sostenible.
El asistente técnico de Producción de Bioinoculantes Manejo Integrado de Cultivos, Daniel Barja, dijo que en el último año, tras recibir apoyo de científicos canadienses mejoraron su producción de bioinsumos y que la mayoría de los equipos fueron construidos en Bolivia para abaratar los costos. “Estoy logrado producir más en menos tiempo. Ha sido un gran logro en poco tiempo”, acotó.
CENTROS DE INVESTIGACIÓN
Proinpa tiene el Laboratorio de entomología, donde se desarrolla tecnología destinada al control de plagas de distintos rubros (papa, quinua, frutales, etc.).
Este es un laboratorio reconocido por el Sensag, donde se realizan diagnósticos de plagas y enfermedades para cultivos de importación y exportación como la soya, maní, frutales entre otros.
En su Laboratorio de fitopatología se estudian las enfermedades de las plantas y se plantean tecnologías de control, como es el caso de la reciente enfermedad de la coca.
El Laboratorio de microbiología se enfoca al estudio de microorganismos benéficos que pueden ayudar a la adaptación y resilencia (capacidad de sobreponerse a estados de estrés como sequías, inundaciones, etc) de los cultivos al cambio climático.
En el Laboratorio biotecnología se producen plantas de alta calidad sanitaria, por ejemplo de especies tropicales como el banano, piña, papaya entre otros.
Una actividad fundamental que se desarrolla en Proinpa es el mejoramiento genético; es decir, se generan nuevas variedades y semilla con atributos importantes que brindan beneficio al agricultor. Por ejemplo en quinua se ha producido el “Jacha grano”, “Kurmi”, “Blanquita” y trigo biofortificado “Tarabuco” y “Limabamba” (con alto contenido de hierro y zinc), ideal para madres en gestación y personas anémicas, esta última investigación ha obtenido el premio a la “Innovación Agrícola” otorgado por el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria Forestal.
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