Carmen Aguilar comenzó a limpiar a mediados de esta semana su huerto, sin pensar que entre sus cultivos se llevaría una sorpresa. Un camote de ocho kilos sorprendió a la mujer, de 45 años, que no dudó en hacer conocer entre sus vecinos semejante hallazgo.
“Yo siempre he cultivado camote, pero nunca vi uno tan grande. La verdad no sé qué habrá pasado”, comentó la mujer oriunda de Monteagudo (Chuquisaca), mientras sostenía con las dos manos el gran tubérculo. Agregó que el camote no lo comerá porque, según sus creencias, puede ser un embrujo.
Un criterio profesional
Alejado de las creencias de Aguilar, el ingeniero agrónomo Lorenzo Hurtado Mojica atribuyó el insólito hallazgo a la tardía cosecha.
“Seguramente limpiaron el área o los animales se comieron las hojas y el camote siguió creciendo por dentro. Cuando ocurre este tipo de situación, las células de los puntos de crecimiento se desarrollan más en la raíz y eso hace que crezca en gran magnitud”, explicó. Esta raíz comestible se extrae luego de cuatro o cinco meses de haber sido plantada.
El camote o batata es un alimento reconocido como eficaz en la lucha contra la desnutrición, debido a sus características nutritivas, facilidad de cultivo y productividad. Esta planta tiene su origen en la región neotropical, donde de las muchas variedades que existen las más consumidas son la blanca, la amarilla y la morada. Esta última variedad fue la cosechada por Carmen Aguilar en el barrio La Campiña del Plan Tres Mil
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