Apoyo y desarrollo. Cochabamba es el centro de producción de flores de corte y se capacita para enfrentar un futuro más productivo para los microproductores y mejorar así su ingreso económico.
El simple hecho de ver un ramo de flores en la mesa del comedor provoca alegría, no es sólo añadir elegancia al mueble o verlo como un concepto básico o adorno decorativo; sino es mirar un poco más allá de sus pétalos, estas flores pueden significar un "gracias" a los anfitriones por una cena o un "te amo" al ser amado o un mensaje lleno de significado en los momentos de dolor y tristeza.
Las flores se han convertido en parte de nuestras vidas, en compañía y afecto. Ahora son mucho más que un simple regalo; son el reflejo de los sentimientos que una persona quiere entregarle a otra. Son todas ellas, variedad infinita de texturas y colores, las que vestidas con sus mejores galas llegan hasta nuestros hogares para otorgarle un brillo primaveral a la casa.
Este mercado tienen muchas promesas, propuestas y expectativas; puesto que en la actualidad los floricultores están en encarando nuevos desafíos.
La floricultura es la disciplina de la horticultura orientada al cultivo de flores y plantas ornamentales en forma industrializada para uso decorativo.
Es que debemos reconocer que no es lo mismo cultivarlas en el jardín y menos utilizarlas para hacer arreglos florales especiales. Este tipo de flores son producidas exclusivamente con esa finalidad.
Esta actividad paulatinamente está inclinando sus esfuerzos para posesionarse dentro el mercado local; por lo general los productores llamados floricultores se encargan de ofrecer su producto a florerías, decoradores de interiores, vendedores al por menor y a las personas interesadas.
Es importante resaltar que la producción comercial de flores de corte ha sido y es una actividad económica y social importante en los valles templados, fríos y mesotérmicos de Bolivia. Especialmente en la zona subtropical y en los valles de Cochabamba.
Las flores de corte son parte del paisaje y de la cultura; las condiciones agroecológicas de la región permiten el cultivo de una amplia variedad de flores.
Es importante recalcar que la floricultura es un emprendimiento de producción masiva de plantas, muchas de las cuales tienen un distinto proceso de producción, entre las que se encuentran: las de tipo familiar de regular dimensión y las que alcanzan niveles de altas inversiones por parte de empresas de tipo corporativo.
Las principales especies que se cultivan en esta región son: rosa, clavel, gladiolo, crisantemo, astromelia, estaticia, fresia, nardo, gladiolina, ilusión, reina, miniclavel, áster, cartucho, girasol, limonium, mini rosa, margarita, montecasino, papelina y azulina.
Estas son algunas de las razones por las cuales el aire está perfumado y las sonrisas están a flor de piel, es que definitivamente septiembre es el mes de las flores.
PRIMEROS PASOS
Existe toda una secuencia de acciones que concadenan la producción de flores; en algunos casos se requiere del apoyo de gente especializada.
Debemos recordar que la mayoría de los productores del valle cochabambino responden a la tradición familiar de productores de tierra, muchos de los cuales aún cultivan bajo cielo abierto y que no cuentan con la inserción de tecnología; por lo tanto requieren del apoyo tecnológico y de capacitación en producción.
Adela Rocha, de la comunidad de Falsuri en Potosí, relata que ya lleva 10 años en la actividad y que su acercamiento a este rubro se debió por la economía que genera el sector; puesto que las hortalizas no tienen un precio fijo y en algunos casos ni siquiera se recupera el costo de la semilla.
Lili Alvéstegui, coordinadora del proyecto de flores de corte de la Fundación Valles, es una de las pioneras en el trabajo de tecnificación en este rubro y señala que el proyecto de tecnificación se inició el 2007. A la fecha se ejecutaron nueve proyectos en la zona de Bella Vista y alrededores de Quillacollo, con los que se logró despertar el interés de los agricultores para aplicar la nueva tecnología.
“A partir del inicio del apoyo se presentaron muchos cambios, sobre todo en lo referente a producción. Lo que se está tratando de impulsar en los grandes y pequeños productores es la homogenización del producto y eso se logra con el uso de las herramientas de desarrollo”, asegura Alvéstegui.
OBJETIVOS CLAROS
Una buena parte de la floricultura nacional es llevada adelante por medianos y pequeños floricultores y su producción está destinada al mercado nacional y por lo tanto no requieren cumplir con estándares de calidad internacionales.
Al respecto Marcos Vargas, gestor de la Plataforma de Innovación Tecnológica para el Desarrollo de Flores y Hortalizas (Plaflhor), del Consejo Departamental de Competitividad de Cochabamba, señala que las organizaciones que están trabajando con estas microempresas están tratando de homogeneizar el producto final; de esta manera poder ir mirando el mercado exterior y así en algún momento lograr juntar grandes volúmenes, con buena calidad y hacer una sola exportación.
Y para alcanzar este objetivo es que los productores locales requieren de organización, planificación, crear estatutos y sobre todo crear una cadena de producción.
Al ver que el municipio de Quillacollo comenzó a contar con mayores volúmenes y mejor calidad de flor, otras organizaciones de microproductores comenzaron a integrarse, tal es el caso de Tiquipaya, Vinto, Sipe Sipe y Cochabamba.
TECNIFICACIÓN DE PRODUCCIÓN
Debido a la alta demanda del mercado y los objetivos planteados en este grupo se está buscando la implementación de nueva tecnología, entre los primeros pasos está la capacitación y el asesoramiento para el aprovechamiento del riego.
“Se implementaron los sistemas de riego por goteo en sistemas de cultivo protegido, es decir invernaderos”, señala Lili Alvéstegui. También el empleo de la tecnología para la producción de flores a campo abierto y en invernadero son diferentes. De igual manera se realiza asistencia técnica y capacitación en procesos de cosecha, -como ser la hora adecuada, altura de corte, punto óptimo de apertura de botón floral- y sobre todo el manejo de poscosecha.
Al respecto Juan Arévalo, técnico de la Fundación Valles, asegura que a partir de esta gestión se está introduciendo nuevo material vegetal y que las organizaciones se están encargando de canalizar los contactos para que los producto- res se acerquen.
La Fundación ha introducido diversas especies y variedades de flores no tradicionales, de las cuales se tiene los registros de evaluación en cuanto a su comportamiento fisiológico y productivo a las condiciones de clima de los valles templados en Cochabamba.
A partir de esta experiencia, se ha iniciado la difusión de aquellas especies y variedades de mejor comportamiento a nivel de pequeños productores, a fin de diversificar su producción tradicional y mejorar los ingresos provenientes de esta actividad.
De igual manera otra de las ventajas es que los floricultores que trabajan con invernaderos tienen cultivos de especies rentables en superficies pequeñas y es que las condiciones climáticas del departamento posibilitan a la producción anual.
“Este rubro es lucrativo cuando se maneja de forma integral, articulada y realiza el cambio de chip productivo; la base de todo es la organización y el seguimiento de una cadena de producción”, asegura Arévalo.
SUEÑOS DE COMERCIALIZACIÓN
Uno de los componentes integrales dentro de este proceso es la comercialización y es un área que hay que mejorar, puesto que existen varios eslabones en la cadena de comercialización.
“Nosotros somos los productores y tenemos que ganar acorde con la apuesta y el riesgo que asumimos”, reflexiona Gonzalo Diez de Medina, gerente de Flor de Empresa.
Es por ello que todo el bloque de productores intentará unificar su mercado de producción para reunirse en un bloque y así poder mirar mercados vecinos, donde el producto nacional cumpla con las exigencias y normativas internacionales.
Para lograr esto todavía se requiere trabajar mucho, puesto que se necesita mejorar la cadena de cosecha, conservación. La floricultura es un mercado pujante que sólo requiere de impulso.
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