En 10 años, los 200 kilos de lombrices rojas californianas que adquirió la Alcaldía paceña para un proyecto de producción de abono orgánico se convirtieron en 100 toneladas, capaces de producir 140 toneladas (2.800 quintales ) de abono al mes.
De acuerdo con el jefe de supervisión de Servicios Ambientales del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, Marcelo Polo, se produce un abono orgánico de calidad, apto para la rehabilitación de suelos.
Recordó que en 2003 se adquirieron 200 kilos de estos gusanos para un proyecto del relleno sanitario de Mallasa.
"Fue cuando el relleno dejó de funcionar y se inició el proceso de cierre. Los suelos sufrieron un daño severo y hubo procedimientos y técnicas para la rehabilitación de éstos y generar áreas verdes”, dijo.
Luego de 10 años, los 200 kilos de lombrices se convirtieron en 100 toneladas. Las lombrices se alimentan de todo tipo de residuos sólidos orgánicos de los mercados, del matadero y de los restaurantes.
Se calcula que al mes se recogen unas 280 toneladas de residuos de estos lugares, que son consumidas por las 100 toneladas de lombrices. Una vez que procesan esa basura, quedan 140 toneladas de abono orgánico.
"Éste es uno de los abonos de mejor calidad. Según estudios realizados, el humus de las lombrices es bueno. Se hicieron los análisis químico y físico y tiene excelente proporción de macronutrientes y micronutrientes, es decir, nitrógeno, potasio, fósforo, los cuales favorecen el crecimiento de las plantas”, explicó.
Cubren áreas verdes
Polo destacó el proceso de adaptabilidad que se logró con las lombrices al clima de La Paz e informó que las 140 toneladas de abono orgánico se destinan al proceso del cierre de relleno sanitario de Mallasa, es decir para la provisión del área verde.
Las más de 100 toneladas de lombrices se producen en cuatro fosas y se prevé que ayuden a reforestar los rellenos sanitarios de Alpacoma y de Mallasa.
La adaptabilidad
Réplicas Algunas lombrices que fueron producidas en Mallasa son parte de pequeños proyectos en la población de Viacha y Ventilla, y en el matadero de El Alto, donde su principal alimento son residuos sólidos como sangre, restos cárnicos, pelambres y pelos.
Migración El botadero de Kara Kara, en Cochabamba, también lleva adelante un proyecto con lombrices rojas californianas, que ya están adaptadas al clima. Esta variedad fue llevada del relleno de Mallasa.
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