sábado, 2 de abril de 2016

Bajan expectativas para la chía en Chuquisaca y en todo el país



A principios de la década pasada, la chía tuvo una gran aceptación en la agricultura boliviana, principalmente en Santa Cruz. Tanto así que, en su momento de cúspide, por su potencial de rentabilidad, el área de siembra de este cultivo llegó a triplicarse. Chuquisaca ocupa el segundo lugar entre los departamentos productores de Bolivia.

La promesa se diluyó, en poco más de 10 años, como menuda semilla en el vaso de agua. A principios de la década pasada se llegó a cotizar hasta en 7.000 dólares la tonelada a nivel internacional; en los últimos meses cayó incluso a 1.500-1.000 dólares la tonelada. ¿Qué pasó con la chía en Bolivia? ¿Y en Chuquisaca?

Las perspectivas actuales para la producción de chía en Bolivia no son alentadoras debido, precisamente, a su bajo precio. Para la cosecha 2016 Santa Cruz, el primer productor del país, redujo su superficie de siembra de 55.000 a 30.000 hectáreas. Chuquisaca, segundo productor nacional, donde antes se sembraban hasta 300 hectáreas, no tendrá esta temporada una cosecha superior a las cinco hectáreas.

Antes, en Chuquisaca, las familias productoras de la chía eran alrededor de 400. Ahora, en cambio, no pasan de 100.

La cotización desanimó a los productores de un tiempo a esta parte. En el mercado departamental, el quintal se comercializa a entre 350 y 400 bolivianos. En el pasado, llegó hasta Bs 2.000. En la actualidad, el kilo se vende a 12-15 bolivianos.

Principal exportador
En 2013, Bolivia se posicionó como el principal país exportador de chía en América Latina con la venta de 9.716 toneladas métricas (TM) por un valor de $us 51,3 millones, según informa a CAPITALES el ingeniero agrónomo Wálter Chura, exresponsable de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Chuquisaca.

Santa Cruz reportó 55.000 hectáreas en la campaña agrícola 2013-2014, seguido de Chuquisaca con una producción cercana a las 250 hectáreas. El cultivo en este último departamento se desarrolló principalmente en los municipios de Mojocoya, Tomina y Zudáñez.

Para 2014, pese a que se confirmó la disminución del precio internacional de la chía, Bolivia mantuvo su posición como principal exportador, con un precio promedio de $us 4.152 la TM, es decir, 27.38% menos de lo registrado en 2013, cuando la TM llegó a los $us 5.289, precisa Chura.

En 2015 se hicieron esfuerzos, pero el valor de exportación de la chía bajó considerablemente al haber una mayor oferta de ese alimento en Argentina, Paraguay y México, después de que mejoraran su producción.

Aun así, Bolivia exportó 20.190 TM, de los cuales 20.158 TM se produjeron en Santa Cruz y 31.3 TM en Chuquisaca, según datos del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE). La mayor parte de la producción de chía boliviana se vendió a Brasil, y de ese país partió rumbo a Europa.

El ingeniero agrónomo argentino Guillermo Rocco, quien tiene una planta procesadora de chía en Santa Cruz, explica a CAPITALES que a este producto le pasó lo mismo que a la quinua, cuyo precio cayó y no volvió a subir. “La diferencia es que la quinua se come en gran cantidad, en cambio la chía se come una cucharadilla por día”, apunta él, que no olvida destacar el principal beneficio de esta semilla: baja el colesterol gracias al omega 3.

Rendimiento
El promedio de rendimiento de chía en el país bordea los 300 kilogramos por hectárea, aunque hay picos interesantes, de hasta 800 y 900 kilos por hectárea, en ciertos lugares. “Para los productores es un verdadero desafío levantar y estabilizar el rendimiento a más de 500 kilos por hectárea”, dice Chura.

La chía tuvo una gran aceptación en la agricultura boliviana, principalmente en el departamento de Santa Cruz, tanto así que, en su momento de cúspide, por su potencial de rentabilidad, el área de siembra de este cultivo se triplicó.

Se trata de un cultivo exigente, que pide control de malezas “Es muy importante realizar un buen control de malezas, sembrar y cosechar en el momento oportuno, la rotación de cultivos y la fertilización del suelo”, aconseja la Asociación Boliviana de los Centros Regionales de Experimentación Agropecuaria (AB-CREA) en su página web.

Costo de producción
“El costo de producción promedio por hectárea de chía es de $us 250 y en el mercado exterior se llegó a obtener hasta $us 7.000 por tonelada; en el interior de Bolivia, el grano se comercializa a $us 2 el kilo y puede alcanzar los $us 2.000 la tonelada, a pesar de que la mayor parte de la producción de chía se va al exterior”, explica Chura a CAPITALES.

En nuestro país, los principales demandantes de chía son las industrias alimenticias, de cosmética, de elaboración de medicamentos y para el consumo directo de refrescos, repostería y otros.

Según el responsable de Desarrollo Productivo de la Gobernación de Chuquisaca, Gualberto López, en esta institución no se está trabajando con ningún proyecto relacionado con la producción de chía porque no se cuenta con una cadena de frío para mantener este producto en óptimas condiciones, de acuerdo con las exigencias internacionales.

Recuerda que la Gobernación trabajó dos años con la producción de esta semilla: el primero con un proyecto piloto, donde el quintal se vendió en Bs 3.500. En el segundo año se experimentó una fuerte caída de precios a 500-400 bolivianos el quintal.

Bolivia no es el único afectado con esta realidad. En?Paraguay, el precio de la chía tuvo un descenso exponencial de 12.000 a 800 dólares la tonelada.

Planta de procesamiento de chía en el departamento de Santa Cruz
- CAPITALES visitó una planta procesadora de chía (negra y blanca) en las haciendas “La Estrella” y “Puerto Alegre”, municipio San Julián de Santa Cruz, departamento donde los entendidos dicen que se desarrollaron los cultivos al extremo de crear una sobredemanda que ocasionó el desmoronamiento de su precio en el mercado internacional.
- La planta de Puerto Alegre tiene una capacidad de producción de 1.500 kilogramos por hora, según explica su propietario, Guillermo Rocco. La comercialización depende del mercado, sale de los silos en función a los pedidos.
- Esta planta tiene cuatro enormes silos, cada uno con capacidad de 4.200 toneladas. Cuando CAPITALES estuvo en la planta, en diciembre pasado, casi todos los silos estaban llenos de maíz de la campaña anterior debido a la poca venta generada por la competencia desleal del maíz que ingresa del exterior del país.
- Antonio Ruiz Claros, responsable de la parte de almacenamiento, es paceño, nació en la provincia Inquisivi, pero trabaja hace 22 años en el agro cruceño. Explica que en los silos se almacena especialmente maíz, sorgo y soya. Cuentan además con una embolsadora para cuando se llenan los silos. Esto les permite guardar hasta 100 toneladas extras en silos-bolsa.
- Rocco detalla que en la planta de chía, luego de la cosecha, se procesa y se limpia la semilla para, finalmente, guardarla para el momento de la exportación en bolsas de 25 kilos. Dice que está en sus planes comercializarla en pequeñas cantidades, pero para eso tendrían que envasar el producto con una marca.
- La chía se conserva en cámaras frías y los principales mercados de exportación de esta hacienda son Estados Unidos, Japón y Europa. “Hace un año que está muy difícil, pero exportamos 100, 200 toneladas”, revela Rocco, un ingeniero agrónomo argentino que se casó con una ingeniera paceña.
- Cuentan con un aire acondicionado gigante para el enfriamiento: “Cuando llega del campo tiene una temperatura de 40 grados, como no puede tener ningún tipo de hongo (están, pero no pueden desarrollarse), entonces se la enfría hasta 18 grados, con menos de 40% de humedad relativa, y se la guarda en una cámara fría”.
- De Puerto Alegre la chía sale procesada y lista para el consumo.

La fuente vegetal más rica…
Una cualidad única de las semillas de chía es su elevado contenido de aceite y la fuente vegetal más rica para el esencial ácido graso omega-3. La chía tiene aproximadamente tres a diez veces la concentración de aceites grasos no saturados de la mayoría de los granos, los que son esenciales para ayudar a emulsificar y absorber las vitaminas solubles en grasa, A, D, E, y K. Igualmente, posee entre 19% y 23% de proteína y es una buena fuente de vitamina B, calcio, potasio, cinc y cobre.

Está considerada “suplemento dietético” por la FDA (Food and Drug Administration, USA). La fibra que contiene la chía facilita la digestión, ayudando a evitar el estreñimiento y el cáncer de colon.

2,7 millones de bolivianos en 2015 entregó el vicepresidente Álvaro García Linera para proyectos de chía y sésamo a organizaciones de pequeños productores agropecuarios en cinco comunidades del municipio de San Ignacio de Velasco, en Santa Cruz.

Se le adjudican muchos beneficios, entre los destacan los siguientes:
1. Ayuda en la lucha contra el sobrepeso por su alto contenido de fibra (hace sentirse satisfecho).
2. Contiene antioxidantes, proteínas, aminoácidos, vitaminas, minerales y fibra.
3. Su nivel de omega 3 lo hace un antiinflamatorio eficaz para evitar o paliar enfermedades como la artritis.
4. No contiene gluten (para quienes deben excluirlo de su dieta, como los pacientes con enfermedad celíaca).
5. Proporciona energía, aumenta la fuerza y la resistencia. Por sus altos contenidos de proteínas y la combinación de vitaminas y minerales, ayuda a las personas a ser constantes en sus actividades diarias.
6. Favorece el control de los niveles de colesterol y triglicéridos.
7. Ayuda a mantener la regularidad intestinal: la fibra soluble y el revestimiento de gel de la semilla mantiene el colon hidratado y asegura el movimiento fácil de los alimentos.
8. Permite controlar los niveles de azúcar.


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