martes, 26 de abril de 2016

Censo consolida el poderío productivo de Santa Cruz



Santa Cruz se ha consolidado como el departamento que cuenta con el mayor número de hectáreas (ha) de tierra para la agropecuaria y la producción de alimentos de todo el país.

Según el Censo Agropecuario que se realizó en 2013, la superficie para actividades agropecuarias alcanza a 34,6 millones de hectáreas en Bolivia, de las cuales, el 40,5% se encuentra en Santa Cruz.
El documento, publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), muestra que Beni tiene el 26,1% y La Paz el 7,3% de la participación porcentual de la superficie agrícola, entre los principales.

Los datos también muestran que el departamento de Santa Cruz ocupaba el 5.º lugar en superficie cultivada, hace 63 años, con apenas 58.241,4 hectáreas. Ya en el censo de 1984 era el primer departamento, con 297.251,7 hectáreas. Desde ese año hasta 2013, quintuplicó su superficie cultivada, llegando a 1.677.251,8 hectáreas.

La CAO destaca resultados
Tras conocer estos datos, el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, no ocultó su satisfacción por los resultados alcanzados que muestra el censo, que son fruto, principalmente, del esfuerzo propio y que para lograr este crecimiento, muy poco han hecho todos los gobiernos desde hace décadas.

“Nos llena de orgullo y seguimos creciendo, apostando. Este año, por ejemplo, ya hemos llegado a una siembra récord en soya de casi 1 millón de hectáreas. Seguimos metiendo dinero al campo”, declaró Roda.

Unidades de producción
El censo resalta la importancia en la relación entre las Unidades de Producción Agropecuaria (UPA) y las tierras para las actividades agropecuarias.
Las UPA son las que se dedican al cultivo de la tierra, a la ganadería, a la extracción de especies maderables y productos no maderables, a la caza de animales silvestres o a la pesca. Según el Censo Agropecuario, las UPA crecieron de 86.377 en 1950 a 871.927 en 2013.
También se identifican 861.608 UPA, que trabajan en parcelas, la mayor parte diseminadas en La Paz, Cochabamba y Potosí.
Santa Cruz ocupa el cuarto lugar. Las restantes trabajan en tierras que no son propias.
En Bolivia, hay más UPA que poseen entre 1 y 2 hectáreas y entre 5 y 10 hectáreas para la agropecuaria.
De 34,6 millones de hectáreas que las unidades productivas trabajan, el 84,1% está bajo el régimen de tenencia en propiedad. El 13% cedida por la comunidad, el 1,4% en arriendo, el 1,2 cuidada y el 0,3% ‘al partido’.

Plan Nacional de Desarrollo
Para el Gobierno, el hecho de que el 65,4%% de las UPA corresponda a las regiones de los valles y altiplano (569.883) y el restante 34,6% a las regiones de los Yungas, Chapare, Chaco, Chiquitania y Pantanal y Amazonia (302.044), es una evidencia de la importante participación de productores campesinos e indígenas en la agropecuaria.
Según la Ley del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social 2015-2020, con base en el Censo Agropecuario, la mayor cantidad de tierra disponible para actividades agropecuarias se destina a la producción de productos agroalimentarios comerciales para el mercado interno y la exportación, sobre la base de la agroindustria, en tanto que la producción nacional de pequeños productores es destinada al consumo interno.

La producción pecuaria

De acuerdo con el documento del INE, la actividad pecuaria boliviana se concentra en siete especies: ganado bovino, ovino, porcino, caprino, camélido, equino y aves.

En 63 años, el ganado ovino disminuyó en Bolivia, de 7,2 millones a 6,2 millones de cabezas. El ganado camélido y equino no tuvo un crecimiento paulatino.

El mayor crecimiento fue el de producción de aves, de 1,7 millones a 42,2 millones en las últimas seis décadas.

Según el expresidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz (Fegasacruz) Fernando Menacho, en la Cumbre Agropecuaria Sembrando Bolivia de 2015, se conocieron los datos del INE que reconocen a Santa Cruz como ‘el almacén del país’ y se asumió esa responsabilidad, aumentando la producción para que no se dependa de situaciones externas. “Pero las condiciones reales son otras. Cuando hay excedentes de producción, es negativo para el productor porque viene a perjudicar el mercado. Al haber excedentes que no se pueden exportar, es un bumerán para el productor”, afirmó

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