Aunque era un problema latente que se venía desde varios años y no se tomaron las previsiones, la sequía afectó en la agricultura y pecuaria en Bolivia como nunca antes, ya que el cambio climático y el efecto del fenómeno del Niño y la Niña, en medio de la diversidad geográfica, sin un mejor aprovechamiento de las cuencas hidrográficas que proveen el líquido elemento, sumada a una mala gestión empeoraron los efectos de este fenómeno natural.
Bolivia, pese a estar atravesada por tres cuencas hidrográficas padece ahora de una brutal sequía que causó pérdidas agrícolas e hizo que represas que suministran agua a la ciudad La Paz, sede de gobierno, como nunca antes carezca de agua en diversos barrios de la urbe.
De acuerdo a un informe elaborado hace tres años por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD se alertó que Bolivia es uno de los países más propenso a los efectos del cambio climático, lo cual ahora se confirma por el deshielo progresivo de los glaciares y la desaparición del lago Poopó, que era el segundo más grande después del lago Titicaca.
Según un estudio elaborado por la Unión Europea de Geólogos se cuantificó la disminución de un 43% de los glaciares bolivianos, entre los años 1986-2014 por efecto el calentamiento global. En el informe se indicaba que la superficie que ocupan los glaciares bolivianos pasó de los 530 kilómetros cuadrados en 1986 a 300 kilómetros cuadrados en el 2014.
Para expertos en la materia el deshielo supone “un hecho alarmante” que afecta en el campo y la ciudad por el calentamiento global y es posible que los glaciares se achiquen o hayan desaparecido y ello vaya a afectar a la disminución del agua disponible.
En vista de esta situación, recomiendan que las labores que inició el Gobierno mediante la declaratoria de emergencia por la sequía, contemplen la construcción de embalses que puedan almacenar el agua que proviene del deshielo.
Además señalan que las consecuencias son por falta de previsión y “por la mala gestión del agua” y porque las autoridades no han hecho “una previsión adecuada” para el aprovechamiento del agua, tanto en el campo como en las ciudades.
CUENCAS HIDROGRÁFICAS
Es de tener en cuenta que nuestro país cuenta con tres cuencas hidrográficas como la del Amazonas, la más grande del mundo y se extiende por más de la mitad del territorio.
A pesar de contar con el recurso de agua en el Amazonas, la mayor parte de la población boliviana vive cerca de la cuenca del Plata y la cuenca del Altiplano, que están afectadas por la contaminación minera y precisamente en regiones aledañas se está sufriendo los efectos de la escasez del agua.
La sequía que sufre Bolivia es la peor en los últimos 25 años, afecta también a otras ciudades y al área rural y ha ocasionado protestas ciudadanas e incluso insólitos rituales y procesiones en el campo para pedir a Dios que llueva.
AGRO PERDIÓ $ES 500 MILLONES
Según el Presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente CAO, Julio Roda la sequía provocó grandes pérdidas a los productores agrícolas de todo el país en el 2016 como nunca antes y explicó que durante este año el volumen total de la producción se redujo en 24,3% en comparación de la gestión 2015 y este año se redujo 3 millones de producción de los 9,4 que se alcanzó el pasado año.
Resaltó que esta disminución es significativa en toda la cadena agropecuaria restando dinamismo a la economía en su conjunto, por cuanto el sector es uno de los primeros en generar movimiento económico en el país. El área de cultivo disminuyó 8% unas 192 mil hectáreas menos que el 2015.
Roda lamentó que hubo productores que perdieron todo, se quedaron sin nada y encima con deudas cuantiosas. Estimó que las pérdidas ascienden a 500 millones de dólares y los productores tienen una mora de otros 500 millones de dólares con el sector financiero.
Pese a todo ello en 2017 los agropecuarios esperan se logre una leve recuperación considerando las perspectivas iniciales para la campaña de verano 2016/2017 y alcanzar una superficie cultivada de 1,4 millones de hectáreas, lo cual significaría un incremento del 6% con respecto a la campaña de verano 2015/2016, lo cual indica que estarían por debajo de anterior.
El Presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior IBCE, Antonio Rocha, sostuvo fue difícil la presente gestión y en el 2017 hay que tomar previsiones para no confrontar una recesión. Preciso que las pérdidas se produjeron y como consecuencia de la sequía se elevó los costos de producción de pollos y huevos y el sector a nivel nacional perdió 29 millones de dólares, de los cuales 14 millones dejaron de ingresar a Santa Cruz.
SE REDUJO 21% DE PRODUCCIÓN DE GRANOS
Reynaldo Díaz, Presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo Añapa informó que sus afiliados perdieron 173 millones de dólares debido a la extrema sequía y el ataque de plagas y preciso que este año la producción soya, trigo, maíz y girasol fue de 3.594.000 toneladas, en comparación del 2015, menos 970 mil toneladas, lo que significa una reducción de 21%.
Resaltó que las condiciones climáticas adversas de extrema sequía y el ataque de plagas, como el gusano cogollero en el maíz, fueron las principales causas en la reducción de granos de soya, maíz, sorgo, trigo y girasol.
MUEREN 20.000 RESES
Pese a que cayó la lluvia en los últimos días, no llegó a las regiones donde se agudizo la sequía incrementando la cantidad de reses muertas, según José Luis Vaca, Presidente de la Federación de Ganaderos de Santa Cruz Fegazacruz quien reportó manifestó que el ganado muerto asciende a más de 20 mil, superando una pérdida económica de los $es 8 millones solo en el Chaco. Solo en la zona de Macharetí que corresponde al Chaco chuquisaqueño se perdieron más de 10 animales, por causa de la sequía.
Según los datos antecedidos, de los principales sectores productivos al igual que los reportados por los diferentes medios de comunicación e instituciones, en la región del altiplano, la sequía viene arrasando de igual manera con cultivos como quinua, camélidos y ganado vacuno, etc. y los montos de pérdidas vienen sumando en desmedro de la seguridad y soberanía alimentaria de los bolivianos.
Entretanto se espera con optimismo las conversaciones que se han hecho entre representantes del sector productivo y del gobierno para llegar a acuerdos que permitan paliar esta situación adversa, vista como nunca antes.
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