Un estudio encomendado por la agroindustria de granos de Santa Cruz reveló que con el uso de biotecnologías, en la producción de soya y maíz, se puede generar 150 millones de dólares de recursos adicionales para el país.
Para ello, es necesario que el Comité Nacional de Bioseguridad analice la aprobación del uso de biotecnologías, para proteger a los cultivos de la acción de plagas e insectos en el caso de la soya y en cuanto al maíz que autorice la aplicación de semilla mejorada.
PRESENTACIÓN
La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) presentaron el jueves, en la ciudad de La Paz, el primer estudio de “Impacto Socioeconómico y Medioambiental en Bolivia, a partir de la soya y maíz genéticamente mejorados”.
IMPACTO
“Este es el estudio que Anapo y el IBCE entregan al país a partir de una rigurosa investigación y de entrada debo indicar que con sus recomendaciones se puede obtener más de 150 millones de dólares adicionales de beneficio por año, si es que el Gobierno nacional, coherente con las políticas que recientemente ha lanzado para apoyar al sector agropecuario del país, decide avanzar por la senda de la agrotecnología”, dijo en conferencia de prensa el gerente del Ibce, Gary Rodríguez.
Dijo que ese estudio se realizó con experiencias e investigaciones que se efectuaron en los últimos 10 años, para que permita al sector acumular mayores beneficios en el aspecto social, económico y ambiental. Justificó el enfoque del documento, al señalar que el maíz es el cultivo de rotación más importante que tiene la oleaginosa.
“El estudio es trascendental no sólo porque es inédito, es el primer estudio que produce sobre esta materia, seguro que va proporcionar muchas luces sobre la agrobiotecnología para lograr plenamente la soberanía alimentaria del país”, argumentó el ejecutivo del Ibce.
INVESTIGACIÓN
Por su parte, el responsable del estudio, Luigi Guanella, explicó que para la investigación se tomó como muestra el primer evento de uso de biotecnología en el país, cuando en 2005 Bolivia autorizó la aplicación de la soya RR resistente al glifosato, lo que le permitió ahorrar 177 millones de dólares, entre 2005 y 2015. Según el investigador, quien se graduó en el Incae de Costa Rica, esta cifra es el primer resultado del uso de la soya (resistente al glifosato) luego de una década de aplicación en Bolivia. Sin embargo, la oleaginosa no es resistente a los insectos, por lo que se requiere la aprobación de un nuevo apoyo.
MAÍZ
En el caso de maíz amarillo duro, Guanella manifestó que con la aplicación de biotecnologías se reduciría el uso de 376 toneladas de plaguicidas y se incrementaría la producción de 87.000 toneladas, con el ingreso adicional de 11 millones de dólares para Bolivia.
Rodríguez, en la presentación del estudio, manifestó que en Bolivia, ante el descenso de los precios internacionales, es necesario sustentar la renta nacional no solamente en los ingresos por exportación de hidrocarburos, sino en la agricultura.
USO DE AGROQUÍMICOS
El investigador Luifi Guanella aseveró que con el uso de la biotecnología en los cultivos de soya, se evitaría la aplicación de 1.574 toneladas de insecticidas y se ahorraría 66 millones de dólares anuales, además se tendría un incremento de más de 200.000 toneladas, con un beneficio efectivo de 50 millones de dólares anuales.
Además, se disminuiría la emisión de 7.000 toneladas de dióxido de carbono y se ahorraría el uso de 120 millones de litros de agua.
“El sector del agro de Santa Cruz espera que los resultados de este estudio faciliten y promuevan la firme decisión del Ejecutivo de convocar al Comité Nacional de Bioseguridad y que se autorice la investigación científica y de campo, especialmente en los cultivos de soya y maíz. La biotecnología no causa daño a la salud y nos va ayudar a conseguir la ansiada soberanía alimentaria del país y evitar la importación de alimentos”, subrayó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario