Ayer por la tarde, la Aduana procedió a la destrucción de 608 bolsas de arroz de 46 kilos cada una, consideradas por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e inocuidad Alimentaria (Senasag) como “no conforme”. El cargamento fue decomisado por el Control Operativo Aduanero (COA), en un control en la frontera con Argentina.
No es la primera vez que la Aduana procede a destruir alimentos. La activista Jhaneth Borda, conminó a analizar más estas acciones antes de desecharlas, ya que por lógica, según ella existe mucha necesidad en comedores que dan almuerzo a los familiares de los pacientes del hospital San Juan de Dios y gente que vive en las calles. “Si están solo decomisados y no se sabe dónde va parar esos alimentos de lógica deberían donar a los comedores. Ya que muchos se quedan sin comer”, afirmó.
El responsable de la Aduana Nacional Interior Tarija, Marco Antonio López, indicó que la destrucción y entierro sanitario de arroz se debió a que ingresó al país de manera ilegal y pretendía hacerlo al Departamento por la ciudad fronteriza de Villazón, además de que no contaban con el registro sanitario.
La mercadería certificada como “no apta para consumo humano”, fue destruida y enterrada ayer en el vertedero municipal, ubicado en el barrio de Pampa Galana. Los productos que alcanzan los 27.968 kilogramos, valorados en 108.307 bolivianos ó 14.543 dólares, tenían procedencia argentina. La fecha de su decomiso fueron los primeros días de mayo. “Ingresaron en un proceso de contrabando contravencional, donde los propietarios no pudieron demostrar la legal internación de la mercancía”, señaló López, al destacar que la destrucción se efectuó en base a informes emitidos por el Senasag de Tarija, que certificó al producto como “no conforme”, argumentando que se encontraba en malas condiciones.
Sin embargo, Jhaneth Borda, indicó, como colaboradora del capellán Wilton Fernández (quien actualmente maneja el comedor del nosocomio principal) que a pesar de que las voluntarias que viven por la zona apoyan con sus donaciones, existen días en que falta el alimento, quedando algunos sin comer.
“En algunas ocasiones se pudo ver que allí no tenían nada para cocinar y a la fila que estaba ahí, les dijeron no hay comida, entonces sería de mucha ayuda”, manifestó.
Empero, el funcionario Marco Antonio López aclaró que las normas estipulan que la Aduana no podrá adjudicar a ninguna institución mercancías decomisadas en razón de su naturaleza peligrosa o nociva.
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