La Fundación Tierra señala que las hectáreas de tubérculos se extendieron en casi 17 mil.
En los últimos 20 años, los cultivos agroindustriales en Bolivia se quintuplicaron y pasaron de 314.518 hectáreas a 1.507.857, mientras que los niveles productivos de la agricultura de base campesina, que es la que abastece al mercado interno, se estancó.
Se trata de una de las principales conclusiones del estudio que elaboró Enrique Castañón Ballivián para la Fundación Tierra bajo el título "Las dos caras de la moneda". El documento indica que "a mediados de la década de 1980 cerca del 91% de la superficie cultivada en Bolivia estaba destinada a la producción de alimentos básicos y solo 9% a cultivos industriales (Pacheco D. , 2011). Hoy en día, sin embargo, de los 3,1 millones de hectáreas cultivadas en el país, 1,5 millones (48%) corresponden a cultivos industriales (soya, caña de azúcar, algodón, girasol y otros) y 1,6 millones (52%) a alimentos básicos producidos principalmente por pequeños productores campesinos e indígenas (cereales, hortalizas, frutas y tubérculos) (INE, 2012). Este cambio sustancial en el patrón productivo se explica fundamentalmente por la implementación del modelo neoliberal desde 1985", que redujo el rol que tenía el Estado.
DATOS REVELADORES. Con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el trabajo señala que a principios de la década de 1990, la proporción de superficie cultivada en el país, destinada a los alimentos básicos, es decir, cereales y tubérculos principalmente, llegaba al 64% del total, mientras que los cultivos ligados al agronegocio ocupaban solamente un 25%.
El autor señala que las políticas neoliberales, como el proyecto Tierras Bajas del Este, que contó con el Apoyo del Banco Mundial y del Banco Interamericano de Desarrollo, tuvo como objetivo viabilizar la expansión de la producción agroindustrial hacia el lado este de la ciudad de Santa Cruz de la Sierra. Se trata de uno de los principales proyectos que impulsó el crecimiento del agronegocio hasta superar el tercio del total de la producción agropecuaria en el país, mientras que la superficie sembrada con cereales tuvo un modesto crecimiento de 627.918 a 1.095.239 hectáreas. En el caso de los tubérculos, el crecimiento es de apenas casi 17 mil hectáreas, es decir, que pasó de 172.348 a 189.052 hectáreas. Los datos muestran que ésta sería una de las principales causas para que el país sufra una permanente escasez de alimentos agrícolas, por distintos factores como los climáticos, y por ende una tendencia inflacionaria.
EL INE SOLICITÓ A LA FUNDACIÓN JUBILEO QUE HAGA CONOCER LA METODOLOGÍA QUE EMPLEA para elaborar el índice de precios al consumidor de los pobres, que muestra el incremento que anualmente registran los principales alimentos que deberían consumir los bolivianos. La Fundación dijo recientemente que la inflación de los pobres hasta el mes de febrero llegó a 0,92%.
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