Durante muchos años, ambientalistas de diversos tipos han trabajado en concientizar a la población para cuidar el medio ambiente plantando un árbol. Ahora un pequeño grupo de articultores ha dado un salto en la agricultura urbana, a mucha menor escala, pero más espectacular: la de las denominadas "bombas verdes" según publicó el miércoles la agencia de noticias EFE Verde.
Se trata de una pequeña revolución pacífica que consiste en arrojar bolas de tierra, arcilla y simientes en espacios verdes abandonados o lotes baldíos para devolverles el verdor.
El movimiento de "articultores" lo impulsa Judith Villamayor, una artista argentina que trabajaba en esculturas sembradas y figuras hechas con semillas, cereales y alimentos.
Dos de sus fuentes de inspiración son los activistas estadounidenses Green Guerrillas (guerrillas verdes) que transformaron suelos abandonados en jardines en la ciudad de Nueva York en la década de 1970, y el más reciente movimiento británico Guerrilla Gardening (guerrilleros de jardinería), que buscaba embellecer espacios abandonados en Londres.
Para llenar de belleza y vegetales comestibles los terrenos desatendidos, Villamayor y otros participantes de la denominada "guerrilla huerta", aplican una idea del fallecido biólogo y agricultor japonés Masanobu Fukuoka: unas bolas de arcilla y tierra que contienen semillas de hortalizas que brotan con la lluvia.
Este grupo convoca a reuniones donde los voluntarios aprenden a elaborar y también confeccionan las "bombas de semillas", que se dejan dos días en reposo para que se sequen antes de ser arrojadas.
Estas "bombas" ( seed bombs en inglés) son arrojadas en terrenos baldíos donde no se puede acceder de otra forma, y en espacios públicos o privados, siempre a la luz del día, para que los vecinos conozcan su actividad y sigan cuidando y cosechando lo sembrado, si así lo desean.
"Son bolitas de tierra, arcilla y semillas, de unos dos centímetros de diámetro, amasadas con agua y que se dejan orear en un lugar donde no le de el sol directo, para que no se quiebren", explica Villamayor.
GUERRILLA VERDE
El programa ambiental "Para Recuperar Zonas" en su página de Facebook narra el origen de esta iniciativa que parte desde los años 70 cuando con la “Green Guerillas” cuando un grupo de artistas, liderados por Liz Christy, vio que en la zona este del bajo Manhattan había parcelas llenas de maleza, donde se reunía basura y se daba la delincuencia. Comenzaron con uno de estos espacios y lo convirtieron en un vergel comunitario que aún hoy existe en la ciudad de Nueva York, junto a más de 700 jardines comunales inspirados en esta acción.
Dos de sus iniciativas más transgresoras han consistido en atacar los buzones vacíos que ya no se utilizan lanzando las bombas de semillas.
En la actualidad existen adeptos en España, Italia, Reino Unido, Canadá, EEUU y Alemania.
CÓMO HACERLO
A partir de esta iniciativa en el mundo, Bolivia puede ser parte de esta genial idea, cuando la tierra todavía está húmeda.
Si bien sugieren la segunda semana de agosto, nunca es tarde para lanzar estas bombas de semillas por todas partes haciendo un acto revolucionario que la naturaleza agradecerá. Se puede elegir además, qué semillas utilizar y mejor si utilizar una mayor variedad, pues un estudio reciente sugiere que cada vez más en el mundo se ha perdido la diversidad de cultivos. Para elaborar las bolas de cultivo, los "articultores" sugieren usar semillas de huerta, porque tienen un ciclo corto de vida."La tierra será el primer alimento de los brotes. La función de la arcilla es endurecerla un poco para que ningún roedor o pájaro se la lleve y que, al deshacerse con las lluvias, vaya armando una especie de "camita" donde la tierra rica no se escurra muy lejos de esos brotes y pueda contener la humedad" explicó Villamayor.
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