Todavía no da para ilusionarse como en los viejos tiempos (años 90) cuando el cultivo de algodón era el boom de la producción agropecuaria de Santa Cruz, pero poco a poco revive el sector y las cifras de la última campaña hacen proyectar un repunte a mediano plazo.
En un campo de 200 hectáreas ubicado en la zona sur del departamento, cerca del municipio de Cabezas donde antes habían pasturas inmensas, la zafra algodonera está en su punto en las dos formas, manual y mecanizada, y, a pesar del ataque de plagas y las dificultades propias del proceso de producción, los responsables del predio esperan cosechar entre 10 y 15 quintales por hectárea.
Guido Vaca es el propietario del campo en el sur. Según contó, si bien todavía estamos lejos de alcanzar una producción promedio de 40 quintales por hectárea como se da en Argentina, Brasil o Paraguay, la ilusión por lo menos se mantiene, pero el repunte total dependerá de la certidumbre del mercado interno y las facilidades para exportar, sobre todo a Perú.
La historia del sector dice que a finales de los años 90 se llegó a sembrar hasta 52.000 hectáreas; empero, en 2009 tocó fondo debido a la crisis internacional y se redujo a la mínima expresión por cuanto no pasó de las 700 hectáreas.
“El algodón no está muerto, revive y tiende a repuntar”. Con esta frase resumió la radiografía del sector el presidente de la Asociación de Productores de Algodón (Adepa), David Orellana, que dio cuenta de que el sacudón del sector llegó en la campaña 2010-2011 cuando se cultivaron 4.500 hectáreas y este año se duplicó esa cifra.
Alrededor de 150 productores, entre pequeños, medianos y grandes están afiliados a Adepa. Hace poco han comenzado a levantar la cosecha, aunque la expectativa es sumar entre todos una producción de 80.000 quintales, las lluvias permanentes que pudren la planta hacen presagiar una merma considerable.
Los números que manejan los algodoneros para la venta del producto oscilan entre los $us 80 y $us 100 el quintal.
Según el presidente de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Julio Roda, el sector algodonero está mostrando un repunte interesante, pero para consolidarlo a corto y mediano plazo falta el espaldarazo del Gobierno nacional, que debe liberar la importación de semilla transgénica para incrementar la producción y la competitividad de manera que pueda estar a la altura de los grandes países productores de la fibra. “Estamos realizando las gestiones con la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Nemesia Achacollo, y esperamos tener éxito para impulsar este producto”, dijo Roda.
Un reporte del presidente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), firmado por su presidente Wilfredo Rojo, da cuenta de que a partir de 2010 los precios internacionales de la fibra de algodón subieron llegando a cotizar en más de $us 200 el quintal; de hecho, en marzo de 2011 el quintal llegó a costar $us 233.
Según la CAO, la cosecha de algodón requiere 1,5 personas por hectárea, por lo que, con el incremento a 9.000 ha esperan lograr 9.000 empleos.
Para conocer
Ciclos. El algodón solo se produce una vez al año y el ciclo entre la siembra y la cosecha es entre cinco y seis meses. Se comienza a sembrar en noviembre y el proceso se puede extender hasta agosto, dependiendo de la resistencia del cultivo.
Zafra. Como se hace con la producción de caña, para levantar la cosecha de algodón se utiliza mano de obra por la que se paga Bs 50 por quintal. También hay maquinaria pesada que facilita y apura el trabajo de forma mecanizada.
Control. Un equipo de profesionales y técnicos del Ministerio de Trabajo, encabezado por Georgina Velásquez y Jesús Cayoja, realiza inspecciones de campo para verificar las condiciones en las que trabaja la gente del occidente que llegó para la zafra algodonera. El algodón se produce en las zonas sur, noreste y central.
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