nvestigadores genetistas afirmaron que la aplicación de biotecnología en los alimentos sugerida por Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), no es lo más aconsejable en estos momentos, pues ante la falta de un estudio complejo derivaría en problemas mayores en el futuro.
“Anapo pide tecnología, pero ¿cuál utilizaron para sus siembras? Ellos propiciaron los incendios al haber deforestado, las inundaciones, si no ¿por qué hicieron su implantación en la ladera del río por lo que provoca que más abajo no haya retención del agua? Claro, evidentemente, hay plantas que genéticamente pueden vivir con poca agua, pero para llegar a eso se necesita un estudio de investigación muy complejo que costará muchísimo y tardaría unos años. El gran problema de los productores es que quieren ganar a costa de someter a la naturaleza. La solución de un problema ahora generaría uno mayor en los próximos años, porque el proceso no se focaliza en una sola especie, sino en todas las que interactúan, todo ser vivo tiene su función”, explicó el investigador y científico Enrique Udaeta Velásquez, quien al momento es el decano de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas (FCFB) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Las declaraciones del científico surgen luego de que el jueves el Presidente de la Anapo pidiera al Gobierno central flexibilizar su posición para que permita la utilización de biotecnología a fin de fortalecer genéticamente la producción de oleaginosas y trigo frente a los fenómenos climáticos que representaron grandes pérdidas para el sector este año.
“El uso de la biotecnología permitirá enfrentar el cambio climático y las plagas en la producción agrícola, que nos deje (el Gobierno) usar la biotecnología. Estamos hablando de transgénicos con otros eventos, uno resistente a la sequía y otras enfermedades, porque frente a un fenómeno climático necesitamos tener una variedad con estas características para poder contrarrestar a estos cambios”, aseveró Pérez.
La biotecnología es un proceso que usa el conocimiento generado por el hombre en la producción de mayor alimento (cereales, verduras, animales y otros), tal es el caso de las gallinas, que antes ponían huevos durante 22 días y ahora lo hacen los 365 a través del cruzamiento de especies genéticas. Lo mismo pasa con la leche de las vacas, que antes daban 10 litros por día y hoy, con el mejoramiento genético, entre 30 y 40 litros.
Según Udaeta, son alteraciones que no se puede medir con facilidad porque se necesita hacer estudios complejos para detectar las variaciones que durante años estuvieron presentes en los nichos ecológicos en los que estaba presente una determinada especie.
“Hay que mantener un equilibrio, porque de que se va a llegar a que se implante la biotecnología, se va a llegar, pero lo que se debe pensar es tener en cuenta las consecuencias de la acción del hombre, tenemos la inteligencia de aminorar los efectos lesivos”.
Por su lado, Bernardo Torrico, investigador del Instituto de Ingeniería Genética de la UMSA, y representantes de la Liga de Defensa del Medio Ambiente (Lidema) corroboraron la versión de Udaeta y señalaron que lo que en realidad quieren los agropecuarios es un mejoramiento genético de sus especies, que es factible, pero contraproducente.
“La manipulación de un organismo genético no es nada beneficioso porque puede modificar la estructura genética de aquellos que la consumen, tal como ocurriría en nuestro medio con la soya transgénica, que contiene gluconato, y que a pesar de que la hace resistente, al tener tóxicos, puede desarrollar procesos cancerígenos entre los consumidores”, aseveró Torrico.
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