La situación se hace más crítica si se toman en cuenta los datos de importación de trigo y harina, pues las cifras señalan que la importación de trigo en grano bajó de 48,2 millones, en abril de 2014, a 1,7 millones hasta abril de 2015. El volumen también bajó de 110 toneladas a casi 6 mil en el mismo periodo.
En el caso de la harina, el valor de las importaciones bajó de 22 a 21 millones de dólares; pero el volumen se incrementó de 42 mil a 54 mil toneladas.
El gerente del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gary Rodríguez, explicó que eso significa que para los comerciantes es más rentable traer el producto terminado y con eso se afecta tanto a las molineras como a los productores trigueros. Además, dijo, es la “constancia irrefutable” delos efectos en nuestra economía de la depreciación de la moneda en los países vecinos.
Suárez detalló que se estima la cosecha de 363 mil toneladas de trigo. La capacidad de compra de las molineras es de 100 mil toneladas y de la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) es de 80 mil y esa empresa estatal informó que no tiene capacidad financiera para ampliar sus compras.
“Es desesperante la situación de los trigueros. El Gobierno pidió sembrar más, (pero) si se sigue permitiendo la importación entonces que no se le cree falsas expectativas al productor”, cuestionó Suárez y añadió que la política del Gobierno es contradictoria.
No hay comentarios:
Publicar un comentario