Este es uno de los cultivos que muestra más dificultades a la gente que empieza un huerto. A lo mejor no se hace una buena preparación, no germinan bien las semillas o porque al final salen pequeñas y deformes.
Lo primero que debemos preparar es el recipiente que contendrá las zanahorias; si es reciclado, mucho mejor como en este caso usamos un contenedor de frutas con una tela de rafia o similar para facilitar el drenaje.
Prefiero ponerlas aparte, ya que es un cultivo que vamos a tener durante tres meses, más o menos, ocupando sitio. Tranquilamente podríamos ponerla en la mesa de cultivo, eso sí, que tenga una buena profundidad, más o menos de 30 centímetros, para que se desarrolle bien.
Les comento la mezcla ideal que debemos usar. Para mí la fibra de coco como base es la mejor opción y, como nutrientes, ponerle humus de lombriz. Aparte podemos añadir algo de arena de río o arena de obra lavada para mejorar la estructura de la mezcla.
Mientras tanto, o incluso el día antes, podemos dejar a remojo las semillas; esto nos ayudará en la germinación de las zanahorias. Haz la prueba, unas no las pongas a remojo y otras sí.
Las zanahorias son exigentes en cuanto al riego, pero a la vez es importante que tengan un buen drenaje ya que si no pueden pudrirse, así que hemos de controlar bastante este tema.
Las plantas de raíz, y sobre todo la zanahoria, requieren un extra de potasio, que se lo podemos aportar en forma de riego con el té de plátano. Una vez ya han empezado a germinar y a desarrollarse, debemos realizar aclareos, dejando al final una separación de planta a planta de ocho a diez centímetros.
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