En los 10 meses de vigencia de la Ley 337 (de desmonte), 306.938 hectáreas que fueron deforestadas de manera ilegal fueron regularizadas, lo que potencia la expansión de la frontera agrícola y la producción ganadera del país.
De acuerdo con la dirección del programa de Producción de Alimentos y Restitución de Bosques, dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural, la cifra registrada representa un 21%, del millón y medio de hectáreas que se proyectan regularizar en Bolivia.
Álex Escalante, coordinador nacional de dicho programa, indicó que el avance es lento debido a que por lo general las personas esperan hasta último momento para cumplir con la norma, por lo que el Gobierno se vio en la necesidad de ampliar el plazo hasta febrero de 2015 (para grandes y medianas empresas agropecuarias) y hasta julio del mismo año para las pequeñas empresas y las de propiedad colectiva.
Escalante indicó que un punto para destacar es que en lo que va del programa en concepto de multas por los desmontes ilegales ya se recaudaron Bs 48,9 millones y que el objetivo a fin de año es llegar a los Bs 70 millones.
Del total de las tierras registradas bajo la Ley de Desmonte, el 63% (193.370 hectáreas) irán para la actividad pecuaria, mientras el 31,5% (96.685 hectáreas) al ámbito agrícola.
Alcance en Santa Cruz
Según los datos del programa, en Santa Cruz se registra la mayor superficie regularizada, con 291.000 hectáreas, seguido por Beni, con 11.344, y ya más lejos Chuquisaca, Tarija y Pando con 2.500, 2.229 y 1.050 hectáreas, respectivamente.
Sobre el tema, desde la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) se indicó que la ampliación de la frontera agrícola es uno de los objetivos del sector, que están aprovechando la normativa para poder legalizar su situación y así evitar posibles reversiones a cargo del Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA).
Sobre las posibles sanciones de quienes se acojan a la Ley, pero que luego no cumplan con lo establecido, Escalante indicó que una vez que se concluya con la primera fase que es la de registro, se empezará con la segunda, que tiene que ver con el monitoreo en gabinete y campo de las promesas y de su cumplimiento que hicieron los productores. “Hay tres niveles, los que cumplen, los que cumplen a medias y los que no lo hacen. Los últimos, siempre que sean propietarios de medianas y grandes empresas, corren el riesgo de perder sus tierras, si el INRA considera que técnicamente corresponden su reversión”, puntualizó.
La apuesta productiva
Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), destacó la norma y remarcó que la misma permite al sector apostar por una ampliación de la frontera agrícola poniendo énfasis en los productos estratégicos o que son deficitarios.
Por ello en el caso del trigo, la institución indicó que de 97.000 hectáreas de trigo sembradas en 2013, para esta gestión apuntan subir a las 120.000 hectáreas.
Mientras que el sorgo, maíz y la caña de azúcar son las otras alternativas que maneja el agro en la tarea de dar prioridad a los alimentos que se consideran estratégicos en la dieta de los bolivianos y que requieren más oferta
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