lunes, 3 de febrero de 2014

Santa Cruz produce el 84 por ciento de semillas

Del total de semillas certificadas en el país durante la gestión pasada (95.307 Toneladas Métricas), Santa Cruz tiene una participación de 80.265 toneladas, es decir, produce un 84,22%, además de concentrar el uso de esta tecnología. Asimismo, el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), indicó que para esta gestión se prevé incrementar las certificación de simientes a 100 mil toneladas y se pretende contar con la primera semilla certificada de chía.

Asegurar la soberanía alimentaria. Gabriel René Hoyos, director general ejecutivo del INIAF, señaló que el uso de semillas certificadas se concentra principalmente en Santa Cruz, ya que el departamento tiene aproximadamente un 70% de la superficie comercial sembrada en el país. En este sentido la agroindustria es el mayor demandante de semilla certificada, utilizando el sector soyero un 98% de esta tecnología para la siembra de su superficie comercial, luego está el sector triguero (87%), arrocero (24%), productores de maíz (65%), frejol (20%), girasol (100%), sésamo (82%) y actualmente la chía.

"En Bolivia cada vez hay menos tierras aptas para la producción agrícola, es necesario apoyar la optimización de la producción por unidad de superficie (productividad) y esto se puede lograr con el uso de semillas certificadas que incrementa los rendimientos hasta un 30%, además de tecnologías apropiadas para cada eco región y cultivos. Por tanto es de suma importancia que los productores agropecuarios ya sean grandes, medianos o pequeños, utilicen más semillas certificadas", comentó Hoyos.

En este sentido, en 10 años la certificación de semillas en el país se incrementó en un 66%, pasando de 57.641 toneladas en 2003 a 95.307 toneladas en 2013 y para esta gestión se prevé alcanzar las 100 mil toneladas. También el INIf está trabajando para lanzar este año una semilla certificada de la chía, ya que aún no se cuenta con variedades registradas, aunque ya se produce chía comercial denominada negra y blanca.

"Este año creemos que vamos a estar por las 100 mil toneladas, sin contar la caña.

En cuanto a la chía, el INIAF cuenta con la norma para la certificación de semillas de este cultivo, entonces lo que se tiene proyectado para este año es empezar con la fiscalización de semillas de este cultivo en un volumen de 280 toneladas. A los productores de chía les está yendo bien, entonces tenemos que darle condiciones para que puedan tener mayores alimentos con semillas certificadas", comentó el director del INIAF, a tiempo de añadir que también se certifican cultivos como la papa, quinua, legumbres, hortalizas, forrajes y otros, en volúmenes menores.

Se importa más que se exporta. En 2013 Bolivia exportó 2.467 toneladas de semillas de girasol, maíz, sorgo, mijo, papa y semillas de forrajes a países como: Argentina, Brasil, Perú, Colombia, Alemania, China, Uruguay, Estados Unidos, pero principalmente a Paraguay y Ecuador. Sin embargo, la importación de semillas alcanzan aproximadamente 18 mil toneladas, principalmente de maíz, sorgo, girasol, pasto y soya.

"Se importa 9 mil toneladas para soya, 3 mil toneladas para maíz, 2 mil toneladas para sorgo y 1.000 toneladas para girasol. El principal proveedor de semilla es Argentina con casi 15 mil toneladas, le sigue Brasil con 1.000 toneladas y 375 toneladas de Estados Unidos", indicó Jaime Palenque, gerente general de la Asociación de Proveedores de Insumos Agropecuarios (APIA) a tiempo de acotar que hay muchas empresas nacionales que están invirtiendo en desarrollar nuevas variedades adaptadas para disminuir las importaciones de las mismas, pero se necesita, políticas gubernamentales de apoyo tanto financieras, como logísticas.

Semillas ilegales. Según Palenque el uso de semilla certificada en Bolivia se basa en pocos cultivos, siendo los más fáciles en su control los materiales híbridos. Mientras que los materiales más difíciles de controlar son los cultivos de autógamas, cuya reproducción es más fácil realizarla por parte del semillero ilegal. También afirmó que se ha constatado que un 30% de la semilla de maíz es ilegal, poniendo en riesgo el estatus sanitario del país y ocasionando daños a las empresas productoras de semilla y al estado, por el no pago de aranceles de importación y el no pago de tasas de producción de semilla legal.

"Esto se convierte en una competencia desleal contra las empresas semilleras legalmente establecidas y que invierten mucho dinero en investigación y desarrollo de nuevos materiales. Queremos colaborar con las autoridades para realizar un mejor control en este aspecto para que el agricultor sea el beneficiado y no sea engañado. ", dijo el gerente de APIA.

Por su parte, Demetrio Pérez, presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), comentó que la dotación de semillas certificadas para soya, maíz, sorgo no ha existido problemas, mientras que en trigo si se sobrepasa las 120 mil hectáreas de siembra en la próxima campaña puede existir un déficit de semillas.

"No tuvimos mayores problemas en la dotación de semillas la pasada gestión, por el contrario tuvimos excedentes. A pesar de ello, para mejorar la producción estamos trabajando para que se incorporen nuevos eventos en la soya y el maíz, principalmente por la proliferación de las plagas", dijo Pérez.

SEMEXA
Invierte para mejorar calidad de las semillas

Empresa. Semexa ha invertido 1 millón de dólares en infraestructura para mejorar la conservación y calidad de las semillas de chía y trigo. Es así que la empresa está culminando su sexta cámara de climatización de 1.000 metros cuadrados. Asimismo, la empresa exportó 1.500 toneladas de semillas de chía en 2013, siendo el objetivo en esta gestión sobrepasar esa cifra.

"Este año estamos apostando a la chía, ya que se ha incrementado la producción y hay mercados atractivos por su precio, como Taiwán, Estados Unidos y la Unión Europea", comentó Jorge Hidalgo, gerente de operaciones de Semexa. / MCV

Punto de vista

Jaime Palenque
Gerente General de Apia

"Con semillas certificadas se asegura una buena germinación"

El hecho que el productor adquiera semilla certificada le garantiza que el grano que está comprando está libre de enfermedades y que los porcentajes de germinación sean buenos, garantizando un desarrollo del cultivo sin mayores problemas, si es que se realizan las prácticas agrícolas adecuadas y recomendadas. La genética es la base de un sistema de producción, a mayor potencial genético con mejor tecnología se pueden alcanzar los potenciales productivos donde todos ganan, el hecho de no contar con semilla certificada pone en duda el potencial genético, teniendo como resultado ineficiencia productiva, vale decir, bajos rendimientos por unidad de superficie. Mal utilizando el recurso tierra, agua, luz, etc.

Aunque parezca contradictorio, el no uso de semilla legal hace que el agricultor gaste menos y coseche mucho menos, encareciendo su costo por kilogramo producido.

Las desventajas de no hacerlo está poniendo en riesgo el estatus fitosanitario de sus terrenos debido a que no se sabe y no se ha hecho ningún control de calidad ni inspección sobre estos granos, por lo cual esto implica un serio riesgo de contaminación si es que este material no ha pasado por los procesos de certificación.

La desventaja es que debido a los controles y los cuidados que el productor de semilla debe someterse, los costos de producción son más elevados por ende esto se refleja en mayores costos que los granos destinados a semilla.

Existen muchas empresas nacionales que están invirtiendo en desarrollar nuevas variedades adaptadas para disminuir las importaciones de las mismas, pero se necesita políticas gubernamentales de apoyo tanto financieras, como logísticas.

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