La Cámara de Exportadores de Santa Cruz (CADEX) manifestó su preocupación por el contrabando de derivados de soya, luego de la recepción de imágenes que constatarían estos hechos en la frontera del Desaguadero con Perú.
El presidente de la institución, Wilfredo Rojo, señaló que el sector está alarmado por la competencia desleal de “comerciantes inescrupulosos”, que se aprovechan de precios artificiales en Bolivia considerablemente más bajos que en los mercados internacionales, además de los escasos recursos dotados para el control de esta actividad.
La harina contrabandeada es vendida en ciudades del Perú con un precio de 472 dólares por tonelada, sin contar los impuestos que significan el 18%.
Mientras que en Santa Cruz el precio de este mismo producto es de 311 dólares por tonelada, incluyendo el IVA.
Rojo atribuyó a las condiciones de precios artificiales el fomento a la actividad de los contrabandistas, quienes se dan modos -aprovechándose de la falta de control- para llevar hasta las fronteras la producción de harina y torta de soya.
Los productores de derivados de oleaginosas se encuentran sujetos a la normativa vigente, que regula la comercialización de sus productos con trámites complejos y bandas de precios artificiales que benefician a los contrabandistas, quienes compran barato en Bolivia y venden a precios internacionales a comerciantes extranjeros, dijo.
Rojo manifestó que esta situación no es nueva, puesto que ya se ha visto anteriormente la salida ilegal de otros productos escasos en el país, tales como el maíz y el azúcar.
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