Justino Condori (57) cosecha el fruto de siete años de trabajo. Sus manos callosas van desgranando aplicadas las dos hectáreas que se extienden con solo granos de café. Él es uno de los 90 miembros de la Asociación de Productores Agricultores y Caficultores de Buena Vista (APACB), que desde 2005 preparan el suelo y siembran productos alternativos al maíz y el arroz, los cultivos más comunes de la zona. En 2011, fue su primera siembra. Su pequeño terreno produjo 22.000 kilos de grano de café en invierno, y este año espera igualar su producción.
En total, los productores aglutinados en APACB cosecharon alrededor de 120.000 kilos, aunque el café no es el único producto que se siembra. Juan Carlos Copa, presidente de la asociación, explica que aplican un sistema agrícola de cultivos amigables con el medio ambiente. Es la llamada "agricultura ecológica", basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos de síntesis, u organismos genéticamente modificados, ni para abono ni para combatir las plagas. "Nuestros productos son 60% orgánicos", señala el representante de los agricultores de la zona. Para alcanzar un porcentaje mayor aún queda remplazar algunos tipos de funguicidas y herbicidas. El técnico agrícola Justino Martínez explica que hasta para combatir plagas se utilizan plaguicidas naturales, y en casos extremos se emplean los artificiales. "Las plantas son las que están más expuestas a los insectos. El café por ejemplo es uno de los más vulnerables", dice.
Espejitos, una comunidad a 30 kilómetros de Buena Vista, es donde se encuentra esta asociación que concentra alrededor de 3.000 hectáreas. Es un jardín privilegiado cuyas tierras bordean el parque Amboró. Cualquier visitante se verá inmerso en una multitud de colores y el sonido vivo de animales y hombres removiendo la tierra. La cría de ganado y animales menores también se lleva adelante. "Aquí se trabaja todo el año", dice con orgullo el ejecutivo de la asociación, Copa, armado apenas de unos cigarros que fuma de manera intermitente a manera de defensa de los mosquitos que mientras más se adentran en el monte se van multiplicando. "Somos gente muy trabajadora. En verano se cosecha arroz y yuca, y en invierno maní, cítricos, café y plátano", dice.
Miguelina Huayra (40), trabaja junto a sus hijos en la cosecha de plátano. Algunas plagas afectaron parte de las frutas, pero no le borran la sonrisa porque en su mayoría están listas para cargarse y llevarse al mercado. Lleva siempre listo el machete en su mano derecho, y sus perros la acompañan y están atentos a cualquier mandado. Su terreno se encuentra sobre una ligera elevación sobre la cual se contempla infinito un horizonte, ahora opacado por algunas nubes.
La agroecología nace como parte del proyecto agroecólogico Prodisa Belga, una iniciativa del gobierno de Bolivia y el de Bélgica. A mediados de 2004 ya se había alertado el deterioro del suelo producto de la intensa siembra de productos tradicionales. Por ello se había convocado a productores de la zona interesados en capacitarse en la siembra de nuevos productos. La ayuda consistió básicamente en la donación de plantines y el soporte técnico. La compra de tierra dependió de cada uno de ellos. En la actualidad la actividad es sostenible, y la determinación de incrementar su volúmenes y alcanzar el mercado internacional es un denominador común en cada uno de ellos. Están a un paso de alcanzarlo.
En 2010 la asociación alcanzó la certificación internacional "UTZ-Good Inside", o "bien por dentro", a la par que van implementando la norma de Red de Agricultura Sostenible (RAS). "Contamos con la habilitación para la venta de nuestros productos a Perú y Alemania", continúa explicando el ejecutivo de los productores. No obstante, todavía existe un factor que les impide alcanzar su objetivo: el bajo volumen de producción. Sin embargo, Copa no pierde el impulso que ha llevado a la asociación a crecer en tan corto tiempo. "En la actualidad somos una de las asociaciones más grandes de la provincia, y ya contamos con cinco subasociaciones en las comunidades más cercanas, como Isama I , Isama II, Villa Amboró, Envidia y Recompensa", agrega. Al ritmo actual estima que en los próximos dos años puedan hacer llegar los frutos que cuidadosamente introducen al suelo y delicadamente arrancan de sus plantas.
Pastor Condori (foto abajo) goza de un buen humor, aunque no le gustan las fotos. Primero se mantiene huraño frente a las cámaras pero poco a poco va acostumbrándose a ese ojo mecánico que lo persigue.
Tiene un campo amplio de cítricos. Casi 20 hectáreas. Y todos los días los recorre entusiasmado, según cuenta, porque le sirve como ejercicio. "¿Van a vender mis fotos?", pregunta.
Pero en realidad, no le interesa ser famoso, repite a otra pregunta en quechua, y se sorprende que sus visitantes no le sepan responder.
En el mercado local sus mandarinas del tipo "Ponkan" cuestan alrededor de Bs 100 la bolsa de 25 unidades. Es la variedad más jugosa que se consigue.
"Y la más rica", asegura, aunque también tenga en una de las parcelas del tipo "morokochi".
Elabora sus propios plaguicidas y abonos. Este tipo de frutas son cultivadas de manera natural, tienen una alta demanda en mercados extranjeros, como el europeo. Pastor lo sabe, por eso ve su inmenso bosque un legado para su familia.
Con el humor que lo caracteriza invita a degustar sus productos, y mientras se escucha el rumor de las aguas del río orilla abajo.
Hacia un costado de su terreno están sus granos de café y hacia el otro el maní. Los productores de la zona se dedican a cada uno de ellos. El maní es otro de los productos estrellas.
Este año se estima que la producción alcance los 7.200 quintales. En el caso del plátano se trata de una variedad especial adaptada al tipo de clima.
Su producción se destina al mercado local, y se distribuye a través de comerciantes que se apersonan hasta Espejitos.
Juan Carlos Copa, ejecutivo y guía en la visita a sus vecinos, explica que falta aprovechar los derivados. Para eso deben iniciarse los respectivos estudios.
"Por eso es tan importante pasar de la comercialización a la industrialización", dice.
Pese a que parece novedosa, la agricultura ecológica es una práctica antigua. Data de las reformas agrarias que se produjeron en Alemania a finales del siglo XIX como respuesta a los efectos que se comenzaron a generar en el sector agropecuario, de la llamada Revolución Industrial.
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