A través de un proyecto piloto, técnicos de la Fundación Altiplano en convenio con el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) en instituciones del municipio de Caracollo, llevan adelante la siembra y cosecha de especies de cebada adaptadas a climas del altiplano con el objetivo de producir semilla certificada de este producto.
Ayer en horas de la mañana en uno de los salones del hotel "Edén" se llevó adelante la presentación de resultados del proyecto denominado "Introducción de variedades de cebada y el mejoramiento de variedades criollas para la generación de semillas adaptadas a la región, mediante la investigación participativa en los procesos de producción", que tuvo la presencia de autoridades de la Fundación Altiplano, el Iniaf y representantes del Municipio de Caracollo.
El director ejecutivo de la Fundación Altiplano, Cesar Gómez López, informó que en la gestión 2014 se llevó adelante la firma de un convenio técnico financiero con el Iniaf para ejecutar el proyecto mencionado que tuvo su lugar de acción en tres comunidades del municipio de Caracollo: Ventilla, Ocovinto y Villavinto que se encuentran a un nivel de altitud sobre el nivel del mar considerable, de hecho en uno de los casos sobre los 4 mil metros.
Indicó que se hicieron siembras de seis variedades de cebada en dos campañas una del 2014 al 2015 y la otra del 2015 al 2016, donde en la primera etapa se hicieron muestreos de la calidad y cantidad del producto obtenido, en la segunda fase ya se hizo la siembra con la semilla adaptada para ver qué resultados ofrecía, mismo que fueron muy expectables.
"El producto tuvo un comportamiento de adaptabilidad a las condiciones climáticas adversas que presenta el altiplano central, podemos decir que estas variedades introducidas del valle se comportaron de manera muy positiva y dieron la semilla para volver a sembrar en esta región del país, es una clara evidencia de que estas muestras vallunas pueden acondicionarse al clima del occidente", aseveró.
El director señaló que para lograr la certificación se tiene que realizar otra campaña de siembra y verificar que la semilla responde de forma regular a las exigencias planteadas para su adaptabilidad.
Agregó que también se tuvieron buenos resultados con variedades criollas donde el objetivo es mejorar la producción escogiendo las plantas más altas y abultadas y recoger sus semillas para que en una próxima campaña puedan tener mejores frutos.
Hasta el momento se logró sembrar alrededor de 21 hectáreas en las dos campañas con resultados de 1,4 toneladas de semilla por hectárea.
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