Según testimonios de agricultores, en las últimas campañas de invierno y verano en el departamento de Santa Cruz las constantes lluvias y sequía redujeron la producción de cultivos en comparación con la gestión 2016, al no contar con variedades de semillas resistentes a plagas y enfermedades y por ello demandan la aplicación de nuevos eventos de biotecnología que les permita mejorar en rendimiento, al igual que en países vecinos como Argentina, Paraguay y Brasil que triplican su rendimiento en comparación con el nuestro.
Otra de las preocupaciones del sector agro productivo cruceño es el contrabando, la importación de alimentos, en comparación de otras campañas, sumado a la aparición de otras plagas en el caso de la soya, “mosca blanca”, “acaros”, “pegador de hoja”, en el maíz el “gusano cogollero” y por la sequía.
Asimismo solicitan la liberación plena de exportaciones de materia prima porque en el mercado interno, la agroindustria no les paga un precio justo de acuerdo al mercado internacional, que les permita recuperar lo invertido o aminorar sus costos mediante el uso de la biotecnología y reducir la aplicación de agroquímicos que elevan sus costos.
En una visita al norte integrado y este del departamento de Santa Cruz promovida por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior IBCE se pudo conversar con productores de oleaginosas que trabajan en pequeña, mediana y gran escala en la región agro productiva.
Fredy Suarez, titular de la Cámara Agropecuaria del Oriente CAO al igual que Susano Terceros, Reynaldo Díaz de Anapo y Antonio Rocha del IBCE expresaron que es importante la aplicación de la biotecnología porque no se puede competir en condiciones desiguales porque los agricultores tienen que fumigar sus cultivos hasta 7 veces como en el caso del maíz, lo cual implica mayores costos de producción.
Sin embargo a pesar de las dificultades se logró cubrir la demanda interna de soya y se cuenta con un excedente apto para la comercialización en materia prima y productos con valor agregado en aceite, torta y aceite. Lo mismo ocurrió con el maíz y el sorgo en la campaña de verano.
Susano Terceros de Anapo solicitó la liberación plena de exportaciones del excedente de soya en gran debido al bajo precio que les pagan los agroindustriales que llega sólo al 30% por ciento de la demanda y hay un 70% que debería ser liberado o que la agroindustria les pague el precio de oportunidad al nivel del mercado internacional. Se paga un precio promedio entre Sus.200 a 260 por TM, lo cual no cubre la inversión de los productores, sostuvo.
DÉFICIT COMERCIAL
Antonio Rocha del IBCE, puntualizó que debido a la reducción en la producción alcanzada en esta gestión en comparación del pasado año se tuvo un déficit comercial de 1.200.000 millones de dólares de caída el 2016 por problemas, de excesivas lluvias, sequías, aparición de plagas como langostas, lo cual preocupa el comercio exterior y se registra un déficit histórico en el país.
Afirmó que en los últimos 24 meses hubo una caída en el valor de las exportaciones de 6 mil millones de dólares americanos, que fueron un espejo de la caída de las reservas internacionales netas en 5 mil millones de dólares, lo cual preocupa y por ello hay que detener esa caída brusca, con mayor inversión a fin de generar riqueza que contribuya a la economía y al PIB.
Por ello es importante liberar importaciones de manera irrestricta de materia prima y con valor agregado, por cuanto los precios restringidos afectan a la oferta y demanda del sector y mejorar la productividad con biotecnología, liberar exportaciones y crear mercados alternativos competitivos por cuanto los precios controlados no llevan a nada y son elementos externos que se restrinja la oferta y la demanda, resaltó.
Reynaldo Diaz de Anapo, explico que con el primer evento de biotecnología en soya aprobado en el país, desde el año 2005 se logró incrementar la producción en 4 millones de toneladas en los últimos 10 años, recudiendo la cantidad en el uso de agroquímicos. Remarcó que es importante poner en marcha el comité de bioseguridad para desarrollar una tarea similar, por cuanto con la aplicación de nuevos eventos se podría mejorar el rendimiento en soya y maíz por el beneficio medio ambiental que ahorra el uso de 78 millones de dólares de insecticidas, un 60% menos en soya y en maíz menos, un 70%.
LABORATORIO DE BIOTECNOLOGÍA
Durante la visita al sector agro productivo cruceño se arribó al Centro en Investigación Agrícola Tropical CIAT en el municipio de Saavedra, donde se cuenta con un laboratorio de biotecnología o biología molecular en donde se realizan investigaciones en cultivos y semillas con las cuales trabajan agricultores mediante diagnóstico vegetal, en enfermedades como la bacteriosis en arroz y para lograr variedades tolerantes al cambio climático.
Gabriela Rivadeneira, fitopatóloga, explicó que se trabaja mediante la herramienta de la biotecnología y la investigación que les permite identificar genes potenciales adaptados a la región con técnicas aplicadas en el campo, como se hicieron en cultivos de arroz, trigo y en el caso de la plaga de langosta.
SE REDUJO PRODUCCIÓN DE CAÑA
Mediante el Centro de Investigación en Caña del Ingenio Azucarero Guabirá se realizan investigación en campo de cultivos mediante el control biológico y agroquímicos para mejorar la producción, pero en las últimas campañas fueron golpeadas por el cambio climático.
Mariano Aguilera, de Guabirá destacó que se pudo cubrir la demanda interna de caña de azúcar pero se tuvo que afrontar 3 años de lluvia y 2 de sequía y no lograron recuperar sus pérdidas de casi Sus.10millones. Planteó superar esta situación mediante el control biológico y con uso de la biotecnología.
AGRICULTORES AFECTADOS
En el norte integrado cruceño se pudo conversar con agricultores que fueron afectados por el cambio climático por la aparición de plagas en soya en un 80% y en maíz un 50%.
Silvia Vale, de Anapo, sostuvo que se libere las exportaciones y se realicen nuevos eventos de biotecnología que les permitan contar son semillas resistentes a la sequía y a las plagas como el gusano pegador de hoja, que este año arrasó con sus cultivos. Lamentó no encontrar respuesta de parte de autoridades del sector y no poder acceder a créditos de entidades bancarias que compensen sus pérdidas o de un seguro agrícola, por falta de muchas garantías que les exigen en la banca.
Juana Arias, agricultora del norte integrado perdió 20 hectáreas por ataque de plagas y sequía, lo cual no le va a permitir cubrir con su deuda y tampoco podrá conseguir otros ingresos para recuperar su pérdida por falta de garantía en la banca. Perdió Bs.45 mil en 3 campañas y el precio que les paga la agroindustria no cubre sus costos.
Marcos Paz, sembró 3 mil hectáreas de soya, pudo obtener un rendimiento de 1.2TM por hectárea, dijo que lo óptimo sería conseguir 3 TM por ha, lo cual no es posible por la aparición de plagas y sequía.
Danilo Patriota, de origen brasilero, vive en Bolivia sostuvo que hace falta mayor tecnología. En Brasil se obtiene un promedio de 5TM por ha y en Bolivia apenas se obtiene 2TM por ha, en maíz 12TM por ha y en Bolivia 5TM por ha. Destacó que por la sequía y las plagas se redujo un 50% y por ello sería óptimo contar con nuevos eventos mediante el uso de la biotecnología.
Wilber Galán, productor de Cuatro Cañadas, quien se dedica al cultivo de maíz, en el este cruceño, perdió 37 hectáreas de las 52 sembradas, por efecto del gusano cogollero y por la sequía. Sostuvo que en esas condiciones no están alentados de seguir produciendo y por ello piden al gobierno que se autorice el uso de la biotecnología para contar con nuevas variedades.
Marcelo Pantoja, quien se dedica a la diversificación en la producción mediante la rotación de cultivos afirmó que en un campo de 400 hectáreas de maíz fue afectado en 35 a 45 días sin lluvia, lo cual ocasionó que la producción no sea alta en comparación de otros años.
SEGURIDAD ALIMENTARIA
Alberto Alpire, de la Gobernación de Santa Cruz, afirmó que pese al efecto del clima y plagas en el año 2016 produjó más de 12 milones de toneladas de alimentos y excedentes para exportar, aunque se redujo un 8 % de la superficie cultivada de 2.400 millones a 2.200 en esta gestión, se aportó a la seguridad alimentaria con el 75% de producción.
A pesar de la adversidad la producción mejoró en las últimas cuatro campañas llegando a sembrarse 993 mil hectáreas de soya en verano, 103 de maíz y 105 mil has sorgo, con lo cual se logró cubrir la demanda interna de alimentos y generar excedentes de exportación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario