Cuando Gervasio Sánchez llegó con su familia de Muyupampa a Isipotindi, en el 2001, se dedicaba a realizar chaqueo de su nueva tierra, además de cultivar maíz para su alimentación. Ahora, tras 13 años de vivir en esta comunidad guaraní, del municipio chuquisaqueño de Macharetí, no es extraño para él despertar una mañana para cosechar zanahorias en un territorio caracterizado por su sequedad.
"Queremos producir de todo... Yo pensaba siempre en la matriz del agua; antes regábamos con manguera, directo del grifo. Ahora tenemos un tanque y un sistema de riego por goteo con mangueras”, cuenta Sánchez, mientras muestra su huerta pequeña donde produce ají, plantines, zanahoria, maní, además de algunos cítricos.
Este productor explica que si cualquier hortaliza se deja de regar por más de tres días se "echa a perder”. Recuerda que antes de contar con el sistema de riego era muy complicado conseguir agua. Debía "viajar mucho” o esperar una lluvia copiosa.
La toma de agua del cerro más cercano -que está a nueve kilómetros- provee de agua a los tanques que tiene cada familia. De estos se desprende una cañería, que está al inicio de la huerta. A esta cañería se conectan mangueras, las cuales se tienden a lo largo del terreno. Estas tienen orificios para que el agua gotee donde lo requieran.
Esta es una de las múltiples experiencias de pobladores de las 25 comunidades de la región que se benefician con este sistema, que es impulsado por el Centro de Investigación y Capacitación del Campesinado (CIPCA).
La directora del CIPCA Cordillera, Alejandra Anzaldo, explica que uno de los objetivos de la iniciativa es aprovechar el agua al 100%, y que los productores puedan diversificar su producción más allá de la tradicional siembra y cosecha de maíz.
"Los proyectos de riego están orientados a hacer un mejor aprovechamiento de los recursos hídricos. Con esto se busca que las familias puedan diversificar su producción. Buscamos la incorporación de nuevos cultivos como hortalizas, cítricos y frutales”, destaca Anzaldo.
Otra historia es la de doña Audia Pérez, quien implementó el sistema en su casa, en Isipotindi. Confiesa que a pesar de no saber leer ni escribir, el deseo de superación pudo más para sacar adelante a su familia, y que por ello se interesó en desarrollar este sistema. Destaca el rol de la mujer en su comunidad.
"Todo lo que uno siembra se produce, se madura, todo, sabiendo sembrarlo. Este material nos lo trajo CIPCA el año pasado, y ahora lo hacemos funcionar. El sistema nos facilita el riego y nos salva del trabajo de estar regando diariamente”, cuenta Audia, mientras está sentada en su huerto.
En la actualidad, en el lugar donde en su mayoría se cosechaba maíz y zapallo es posible cultivar hortalizas que antes no se pensaba, como la zanahoria, el ají, hasta productos como papa y poroto, según cuenta. Recuerda que son más de cinco años que trabaja con esta institución en diferentes actividades, y hoy en día su familia se benefició con el tendido del sistema de riego por goteo.
A su vez, Anzaldo comenta que CIPCA tiene como metas la promoción de diferentes productos que se establezcan como alternativas económicas y de sustento diario para las comunidades del Chaco. Comenta que en esta región del sur del país la época de lluvias se circunscribe únicamente desde noviembre a enero, y que por ello es necesario buscar estas alternativas de riego.
"Hay que pasar de los cinco cultivos básicos a los 24 en el mejor de los casos. Eso ayuda a que la familia disponga de mayor cantidad de alimentos en distintas épocas del año. Con la producción de hortalizas tendrán productos en distintas épocas”, finaliza Anzaldo.
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