Expertos alertan que el crecimiento de la producción agroindustrial va en detrimento de la plantación de alimentos , tubérculos o frutas. El Gobierno garantiza seguridad alimentaria para 2025.
"Los productores prefieren producir más soya en Santa Cruz o quinua en el caso de Oruro porque son más rentables y generan mejores ingresos. El problema es que están dejando de producir y consumir productos tradicionales por aquellos de exportación que son más rentables”, explicó el economista Julio Prudencio en el seminario "Recientes Transformaciones Agrarias en Bolivia”, organizado por la Fundación Tierra.
En el análisis presentado por Prudencio, en las cosechas 2000 y 2001 la producción de los cultivos básicos para la alimentación (haba, arveja, cebolla, tomate, maíz, choclo, papa, yuca e inclusive el trigo y el arroz) representaba el 7,11%, mientras que los cultivos de exportación (caña de azúcar, girasol, soya, sésamo) llegaban al 67,55%.
"Doce años después, los mismos cultivos básicos para la alimentación representan el 9.21%, con un incremento de sólo el 2%, mientras que los cultivos de exportación ahora representan el 71,38% del total de la superficie cultivada en Santa Cruz (aumentaron 3,73%)”, agregó.
Dijo que la superficie cultivada de la soya transgénica aumentó cerca de 622 mil hectáreas en 12 años y la papa creció sólo en 2.000 hectáreas.
"Lo que es peor, otros cultivos básicos de las canastas de consumo de la población -por ejemplo, el tomate, ajo, haba, yuca, cebada grano e inclusive los forrajes para los animales, como la alfalfa y la cebada- han disminuido”, lamentó (ver infografía).
El investigador de la Fundación Tierra, Miguel Urioste, coincidió en que los cultivos tradicionales se producen en menor cantidad, lo cual modificó la dieta de los bolivianos en el campo y en las ciudades.
"Cada vez se consume más azúcar, arroz, pollo, aceite y lácteos, que son productos de origen industrial, y se consumen menos alimentos originarios como las papas, el amaranto, la chía y otros, que son tradicionales”, precisó.
En su informe, el experto reveló que, por ejemplo, los campesinos sólo producen el 20% de los lácteos que consumen, el 24% de las leguminosas, el 42% de las frutas, el 40% de las carnes y el 14% de las verduras. El resto lo deben comprar.
Contradicción
Urioste considera contradictorio que el Gobierno impulse la soberanía alimentaria del país con el incremento de la producción agroindustrial, en perjuicio de las hortalizas, frutas, legumbres y otros cultivos.
"El Gobierno está garantizando una oferta alimenticia relativamente estable. Sin embargo, se consumen más alimentos que provienen de la agroindustria y de las importaciones, pero no se intensificó la producción de la agricultura familiar en el altiplano y los valles”, puntualizó.
El viceministro de Comercio Interno, Luis Baudoin, ratificó las metas para el Bicentenario.
"La meta en materia de la agenda 2025 es erradicar la extrema pobreza. Eso significa que la cantidad de personas que acceden con total capacidad a la alimentación sea mayor. La meta es que la gente gaste el 30% en alimentos y lo restante en otras necesidades que tiene”, remarcó la autoridad.
Descartan el uso de transgénicos
El viceministro de Comercio Interno, Luis Baudoin, descartó el uso de transgénicos y dijo que el Gobierno apuesta por elevar la producción orgánica de alimentos.
"No es necesario que sea transgénico para elevar la producción. Nos abastecimos de todos los granos fuera de la producción transgénica y vamos a mantenernos así”, argumentó.
Varios sectores de la agroindustria de Santa Cruz demandaron que se permita la producción de algunos alimentos, como el maíz o el algodón, con el uso de transgénicos, para elevar la producción.
Actualmente, sólo está permitido el uso de la soya transgénica.
"Están prohibidos, sólo existe una excepción y el que quiera producirlos necesita de una ley. El Estado no se lleva bien con los transgénicos y apostamos por lo orgánico”, precisó.
El seminario debatió sobre la producción
Evento La Fundación Tierra realizó el seminario "Recientes transformaciones agrarias en Bolivia”, en el que se abordaron temas como la ampliación de la frontera agrícola.
Análisis Desde el 2006 hasta este año, se incorporaron 70 .000 nuevas hectáreas al riego y la superficie total es de 330 mil hectáreas; se han invertido 1.128 millones de dólares.
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