El retraso de la zafra cañera por las lluvias -debió empezar en mayo, pero se pospuso hasta julio- pasa factura al sector agroindustrial azucarero, que al filo del cierre de este proceso reporta un decrecimiento de la producción de 10,8 (2013) a 9,3 (2014) millones de quintales de azúcar. A pesar de la merma, el Gobierno asegura que el volumen producido garantiza la demanda del mercado nacional, que ronda los 8,5 millones de quintales.
Desde la perspectiva de los principales actores de la cadena productiva -cañeros e industriales-, este año la zafra fue regular debido a que la expansión de la superficie sembrada de 141.174 a 146.763 hectáreas en 2014 no fue acompañada por la producción, que debido al exceso de humedad derivado de una prolongada época de lluvias afectó todos los indicadores productivos.
La industrialización se desplomó un 14%, de 10,8 a 9, 3 millones de quintales de azúcar; la caña molida, de 7,1 a 6,3 millones de toneladas; el rendimiento promedio, de 51 a 45,5 toneladas por hectárea y el contenido de azúcar, del 11,5 al 10%.
A pesar de la coyuntura climatológica adversa, el presidente del Ingenio Azucarero Guabirá, Carlos Rojas, indicó que la seguridad alimentaria de la población está asegurada con los volúmenes producidos por la agroindustria montereña, la corporación Unagro, San Aurelio, La Bélgica e Industrias Agrícolas Bermejo S. A. (Iabsa), de Tarija.
Hizo notar que Guabirá no logró las proyecciones productivas trazadas. Molió 2,1 millones de toneladas de caña para industrializar 2,7 millones de quintales de azúcar. La planificación inicial era producir 3,4.
En criterio de Rojas, los resultados de la zafra 2014 deben motivar un análisis público-privado para encontrar soluciones más alla del factor climatológico. Apuntó que se debe debatir la revisión de la ley 307 porque es más regulatoria que de incentivo a la producción azucarera. “Hasta para ampliar la capacidad de producción de la factoría se debe pedir autorización”, dijo.
La rentabilidad del cultivo asociado a la exportación de azúcar con cupos, según Rojas, es otro factor que desincentiva a los productores, que han preferido incursionar en otros cultivos que ofrecen mayores ventajas económicas.
En la corporación Unagro, según el gerente general, Marcelo Fraija, la zafra azucarera este año fue regular. Dijo que las lluvias anegaron los campos de producción e impactaron en la baja del contenido de sacarosa y de rendimiento, que impidieron a la industria cumplir sus metas previstas. De 3,5 millones de quintales proyectados, llegó a 3,1 millones.
No obstante, el ejecutivo dijo que la producción de azúcar generada por los cuatro ingenios cruceños y Bermejo, de Tarija, garantizan el consumo interno.
Cabe recordar que en 2015 el ingenio sucroalcoholero Aguaí incursionará en la producción de azúcar. Actualmente la construcción de la fábrica registra un 70% de avance físico y se anuncia que la próxima campaña agrícola cañera empezará a producir endulzante para el abastecimiento del mercado interno.
Análisis del bajón productivo
A tiempo de culpar a la lluvia la flaqueza productiva azucarera, el viceministro de Desarrollo Rural, Víctor Hugo Vásquez, manifestó que la población debe quedarse tranquila porque el volumen generado por las industrias alcanzan para cubri la demanda del mercado interno.
Consultado si el Gobierno dará luz verde para exportar en 2015, el viceministro aclaró que si bien esta decisión no es competencia del viceministerio que preside, hay una política pública que establece que primero se garantiza la seguridad alimentaria y se guarda una reserva para evitar apuros en el país y si queda un excedente se exporta.
Vásquez indicó que el Gobierno trabaja con los sectores productivos del país a base de una agenda articulada para establecer un plan integral con diferentes acciones -evitó profundizar al respecto- para potenciarlos.
Cañeros reflejan apuros
Cultivadores que desarrollan actividades agrícolas en el área de influencia de los ingenios Guabirá y Unagro, que evitaron identificarse, señalaron que, además de haber sido castigados por las lluvias, resisten una carga financiera y social fuerte por las deudas asumidas con el sistema bancario y por la bonificación extra (doble aguinaldo) que deben abonar a tractoristas y personal dependiente.
Según fuentes del sector cañero, la molienda moviliza 1.798 camiones, 1.905 tractores, 3.304 chatas, de 476 cargadores y 198 cosechadoras de caña.
Frente a este panorama adverso, en Minero, según indicaron varios cañeros, han comenzado a sembrar soya, sésamo y maíz, porque dicen que reciben un retorno financiero en el corto plazo, comparado con el cultivo de caña, que alcanza un proceso vegetativo prolongado
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