La producción frutícola en los valles cruceños se extiende por iniciativa de los productores gracias a los precios estables del durazno, la manzana y el ciruelo, con el apoyo de los municipios que destinan recursos al sector. En los municipios de Vallegrande, Pucará y Moro Moro la construcción de sistemas de riego es financiada por la Gobernación y la contraparte local.
La construcción de 140 atajados para los fruticultores del municipio de Vallegrande ha sido aprobada recientemente.
En la provincia Caballero, gracias a un financiamiento del gobierno nacional se han comprado 15 mil plantas de durazno, mientras los productores beneficiados aportaron 5 mil plantas.
El proyecto, aseguran los responsables, busca que la oferta de duraznos no solo sea estacional sino también en los meses de octubre y noviembre, y frenar el contrabando que está facilitando la salida de miles de dólares para beneficio de los productores de Argentina, Perú y Chile.
Certificadas
Las plantas certificadas de durazno en variedades precoces han sido logradas en viveros de Vallegrande a un costo de Bs 29 la unidad, y luego de tres años de trabajo ya están en producción. Las nuevas variedades tienen excelente calidad y se venden entre Bs 180 y 200 la caja, dicen los productores. En esta región, los sistemas de riego aseguran la producción. La uva es otra fruta que se produce también en la zona de La Palizada, cantón de Comarapa.
Estará en el mercado de Santa Cruz a fines de noviembre. Para su producción se utilizan nuevas técnicas y materiales como las mallas antigranizo.
En el municipio de Vallegrande, la consultora IC-Rimax está elaborando un proyecto para una represa que regará 140 hectáreas en la zona de Santa Rosita, Huasacañada y La Rayuela; sin embargo, vecinos de Huasacañada aseguran que el proyecto los dejaría sin tierras.
El asambleísta Alcides Vargas asegura que los afectados serían compensados previo acuerdo entre partes
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