jueves, 16 de enero de 2014

Purificar el agua con la cáscara de la cebada

Utilizar la cáscara de la cebada como purificador de agua contaminada ha sido la brillante idea de Leigh Cassidy, una científica de la Universidad de Aberdeen. En concreto, la idea es utilizar un subproducto de la producción del whisky llamado orujo, es decir, el residuo sobrante de esas cáscaras, como ingrediente principal de un novedoso filtro.

Su aplicación experimental en un proyecto de limpieza de las aguas subterráneas contaminadas con arsénico está teniendo éxito en Bangladesh. Básicamente, se ha modificado ese orujo con un ingrediente secreto para obtenerse un compuesto orgánico bautizado como Dram.

Como es sabido, el arsénico es un elemento natural de la corteza terrestre que se encuentra en el aire, el agua y los suelos, llevando a situaciones de insalubridad que compromete la salud e incluso la vida en determinadas zonas del planeta donde se bebe de aguas subterráneas que contienen niveles peligrosos de arsénico.



SALVAR A MILLONES

DE PERSONAS

De este modo, purificar estas aguas polucionadas es de gran importancia, fundamental en algunas áreas en las que este elemento químico causa estragos entre la población, provocando

miles, millones de personas enfermas y de víctimas

mortales.

Evitar estos envenenamientos en Bangladesh es vital, pues sólo en esta área hay unos 77 millones de personas en riesgo a diario, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Es por ello que, dentro de este contexto de pobreza, esta es una apuesta natural y de bajo costo que se ha revelado como ganadora al combinar ingredientes de la zona -cáscaras de coco o de arroz, por ejemplo- con esas cáscaras de cebada fáciles de obtener como subproducto industrial.

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