Un gigantesco manto de flores multicolores tapiza el desierto de Atacama (Chile), el más árido del mundo, con una intensidad no vista en décadas, un maravilloso efecto del fenómeno de "El Niño"
Sobre las inmensas laderas desérticas, florecieron miles de especies de flores de color amarillo, rojo, blanco o violeta, que llenaron de color este inmenso espacio vacío que en esta época alcanza temperaturas por sobre los 40 grados Celsius.
"Este año fue particularmente especial, porque la cantidad de agua que ha caído ha hecho que sea tal vez el más espectacular de los últimos 40 o 50 años", dijo Raúl Céspedes, museólogo y académico de la Universidad de Atacama.
El fenómeno climático de El Niño, que impactó con mayor fuerza este año, aportó las lluvias necesarias para que germinen los bulbos y los rizomas (tallos subterráneos que crecen de forma horizontal) que se mantienen latentes en este árido lugar.
"Cuando uno piensa en desierto, piensa en absoluta sequedad, pero hay un ecosistema que está latente y esperando para que ciertas condiciones se produzcan", como la caída de agua, altas temperaturas y humedad, explicó Céspedes.
El fenómeno de floración fue particularmente extenso este año.
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