El Centro de Investigaciones, Ciencia y Tecnología de la Escuela Militar de Ingeniería (EMI) trabaja en la clonación de especies de semillas en extinción, como una forma de rescatar flores y tubérculos que van desapareciendo.
"Los estudiantes se capacitan en nuevas técnicas y tecnologías; si vemos a largo plazo, ésta es una agricultura del futuro, en la que se puede tener gran cantidad de plantas”, indicó la responsable del centro, Jheanete Pérez.
Con 11 años de vida institucional, el centro realizó 30 trabajos con especies en extinción, entre ellas la queñua, totora, nogal, cedro y 12 variedades de papa.
Pérez explicó que para el proceso de clonación "se selecciona la planta madre de la que se quiere establecer in vitro, luego se toma una muestra, previa desinfección, y después se prepara para el medio de cultivo”.
Para este proceso, según la especialista, se debe tomar en cuenta los requerimientos de la especie, es decir, la cantidad de soluciones de macro y micronutrientes, vitaminas y sacarosa en las que se reproducirá la planta; una vez hecha la mezcla, se usará como soporte el agar (gelatina). Esta base, puesta en un frasco, no se usa para la totora, pues ésta se reproduce en el agua.
Una vez comprimida en el envase la mezcla, se espera entre 24 y 48 horas, para verificar que no esté contaminada. El tiempo del proceso de una clonación depende del tipo de especie. En el caso de las flores demora ocho meses, en otros, como la totora, cinco.
Experimentación
La EMI realizó experiencias en la clonación de 12 especies de papa en el municipio de Tiwanaku. "Nos llegaron del Centro Internacional de la Papa (CIP). Ellos lo único que querían era que clonemos o propaguemos la especie; lo trabajamos y llegamos a la fase de la obtención de la semilla prebásica”, señaló Pérez. Entre las 12 están la holandesa, LB3, LB5, ojo de buey y wila imilla.
A partir de este trabajo, los comunarios propusieron rescatar las variedades autóctonas de Bolivia. "Fuimos al lugar donde ellos tienen su producción de papa, seleccionamos las mejores plantas, viendo las características externas de las mismas y la morfología”, explicó.
Luego se extrajeron los miristemos, que son tejidos de crecimiento, "donde difícilmente llega cualquier patógeno o enfermedad, y es por eso que se dice que a través de los miristemos podemos obtener plantas libres de enfermedades y virus”.
En la línea de recuperación de especies en extinción, se anunció que el laboratorio trabajará con plantas medicinales. "Muchas son usadas en cremas y antibióticos y es por eso que queremos incursionar con ellas”, justificó. Entre las clonadas estarán: chillca, caléndula, manzanilla y wira wira.
Pérez no descarta conformar un banco de semillas a futuro.
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