Varios productores agropecuarios de Santa Cruz se dieron cuenta del potencial que tienen los aparatos aéreos no tripulados, más conocidos como “drones”, para planificar las actividades de la siembra y cosecha, identificar el crecimiento de las plantas, controlar las plagas y utilizar procedimientos más adecuados para el uso de fungicidas, fertilizantes y otros requerimientos de las zonas productoras.
En Santa Cruz ya existe un proyecto piloto y uno de estos aparatos ya surca los cielos por encima de las extensas plantaciones.
“Las imágenes obtenidas nos permiten ver donde nuestros ojos no ven, lo que es posible gracias a unos detectores que captan la situación de las plantaciones de soya, caña, sorgo, maíz y trigo principalmente”, explicó Reynaldo Díaz, expresidente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
La entidad agremia a más de 14.000 productores en la región y un 10 por ciento de ellos, que efectúa importantes inversiones en tecnología con uso de satélite, requiere de nuevos dispositivos para asegurar su trabajo y aportar a la seguridad alimentaria del país.
AGRICULTURA DE PRECISIÓN
Los “drones” son vehículos aéreos no tripulados. Son conocidos con ese nombre en el ámbito militar y fruto de la tecnología aeroespacial, relativamente reciente en su desarrollo civil, y que ha llegado al campo para revolucionar la agricultura de precisión del siglo XXI.
Estas pequeñas aeronaves, equipadas con cámaras especiales, son capaces de tomar imágenes remotas de teledetección con un gran detalle, que permiten que el agricultor tenga a su disposición mapas que revelan el estado del cultivo, sus necesidades hídricas y nutricionales o la localización de focos de enfermedades.
Díaz indicó que “mediante este tipo de artefactos se pueden procesar los niveles de radiación, y medir la fuerza de los rayos solares que hacen posible la fotosíntesis, clave para la productividad de las plantaciones en el agro”.
Los expertos que manipulan estos artefactos pueden generar mapas de lo que realmente le interesa al agricultor. Así las zonas en rojo indican estrés hídrico, zona azul, buen estado hídrico, explicó.
“Estas aeronaves permiten tener, de forma sencilla, una serie de datos a tu alcance, como si tuvieras un satélite a disposición, pero con un coste más reducido y con mayor precisión”, según el ex directivo de la Anapo. El valor del “dron” que está en Santa Cruz es de $us 8.000 y su radio de acción se extiende a todo tipo de plantaciones. Funciona con una batería de litio cuya duración es de 15 minutos.
MAPAS CARTOGRÁFICOS
Los agricultores cruceños adoptarán esta tecnología para efectuar cartografía de los cultivos y detectar las zonas donde aplicar los herbicidas. “Como los mapas están georreferenciados, se acota la zona en la que es necesario el tratamiento y no se trata toda la superficie. Asimismo su servicio es eficiente para aplicar los fitosanitarios de forma generalizada y sin tener en cuenta la localización de las infestaciones que originan gastos y un impacto medioambiental innecesarios”, remarcó Díaz.
RASTREO EFICIENTE
En países más desarrollados estos mapas contienen gran cantidad de información, que debe ser procesada por un experto. La imagen da por resultado un “mosaico, un mapa de temperatura, del campo”, a partir del que un agricultor especializado en este tipo de rastreo calcula parámetros que se usan para sugerir acciones de abono, tratamiento fitosanitario o riego.
La “verdadera revolución -recalca Díaz- no es solo que haya aviones que vuelen solos, sino que ha venido acompañada de sensores y cámaras miniaturizadas, que permiten al técnico tomar decisiones continuamente”.
PROYECTO PILOTO
“Es aún un proyecto piloto, ya en fase final, pero está demostrando su efectividad”, señaló Díaz quien hizo una demostración a la delegación de periodistas que visitaron las regiones agroindustriales del departamento, la pasada semana.
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