martes, 17 de diciembre de 2013
En los valles se vive la Navidad pero el trabajo no cambia de ritmo
No se puede descuidar el chaco ni un solo día por más que hayan fiestas de fin de año o aniversarios”, dice don Nicasio Reyes, un agricultor que nació en Moro Moro (prov. Vallegrande), que se estableció en Mairana (prov. Florida) y a sus 89 años todavía trabaja la tierra ayudando a los productores de la zona que sacan hortalizas y frutas al mercado cruceño.
La provincia Florida festejó los 89 años de su creación el 15 de diciembre, pero más allá de los actos cívicos, las ferias productivas y los recorridos turísticos, los hombres y mujeres de campo no trastocaron sus planes: limpiar y regar sus cultivos con el mismo ímpetu de siempre; la Navidad no será la excepción.
Con la misma señal de alerta que da Nicasio Reyes coinciden otros productores de los valles como José Banegas, Elmer Mérida, Marcelo Carvajal, Mario Yucra y Agustina Yabeta, que combinan y rotan sus cultivos con maíz, papa, vainita, acelga, tomate, lechuga, pimentón, zapallo y brócoli, además de mantener la tradición de producir tabaco e incursionar en las frutas tempraneras como durazno, ciruelas y uvas.
Entre lechón, pollo y cabrito varían los gustos de los productores de los valles cruceños para la Nochebuena, pero la expectativa de compartir unos tragos y extender la fiesta por varias horas es mayor para Año Nuevo; sin embargo, la premisa de cuidado del campo es real y permanente.
Variedad de frutas
La provincia Florida está integrada por cuatro municipios: Samaipata, Mairana, Pampagrande y Quirusillas, marcados por altos niveles de producción de hortalizas y tubérculos, sobre todo el cantón de Los Negros (Pampagrande), de donde sale alrededor del 80% de las verduras que se comercializan y consumen en Santa Cruz.
Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el valle alto de Samaipata y las planicies de Mairana se han convertido en tierras aprovechadas para las frutas, especialmente uvas, durazno y ciruelas y que en algunos casos, como el de la bodega boutique de vinos Uvairenda, se procesan dándole valor agregado a la producción primaria.
Edil Durán, un vecino de La Piedra, comunidad del valle mairaneño, acaba de colocar 1.500 plantines de uva en tres hectáreas de tierra abonada.
Mairana también se ha consolidado en el segundo lugar en la producción de pollos a escala departamental. En la zona hay más de una veintena de granjas capaces de sacar al mercado hasta 50.000 aves por mes
La voz de la experiencia
ASESORÍA CRIOLLA PERMANENTE
Don Nicasio Reyes vive en Mairana y recorre los valles dando permanente asesoramiento a los agricultores, especialmente a los jóvenes que empiezan de abajo sembrando al partido con los dueños de las tierras. El hombre tiene 79 años y fuerza para rato.
TABACALES TRADICIONALES
MATERIA PRIMA PARA LA INDUSTRIA
Constancia Vargas trabaja en un campo de tabaco, en Villa Victoria. Los tabacaleros entregan materia prima a la fábrica de Mairana el quintal de primera a Bs 570. El proceso de producción es de tres meses y medio.
Plantines de uva
APUESTA POR LAS FRUTAS
Marcelo Carvajal y Andrés Durán prestan servicio en el campo de Edil Durán, un productor que decidió incursionar en las plantaciones de uva. Los obreros pasarán la Nochebuena solo con una cena, pero disfrutarán más para Año Nuevo.
TRABAJO IGUALITARIO
LAS MUJERES NO SE CORREN
Agustina Yabeta, oriunda de Sucre, llegó a la provincia Florida y hace varios años se dedica a la agricultura. Por el momento está dedicada al cuidado y riego de sus plantas de vainita. Como evangélica, para la Navidad asistirá a un culto en la iglesia de La Tuna.
El cambio climático trastoca los ciclos y exige mucha atención
Conocer con precisión cuántos son los productores y la cantidad de hectáreas de tierra que trabajan en los valles cruceños, es cuestión de tiempo, según afirma el presidente de la Federación de Fruticultores y Horticultores de Santa Cruz (Fedefruth), Noé Morón, porque los resultados del censo agropecuario permitirán aclarar la figura.
Sin embargo, los efectos del cambio climático acentuados este año, golpeó a los productores al extremo que muchos se vieron obligados a cambiar de cultivo o invertir más para llevar riego a través de la perforación de pozos con bombas eléctricas.
Morón cree que más allá de los golpes asestados por las heladas, sequías y nevadas, los agricultores han vuelto a motivarse y ya se avizoran cosechas hasta tres veces por año.
Punto de vista
“Hay que cultivar productos de alto valor para exportar”
Edilberto Osinaga - Gerente de la CAO
No es nueva la capacidad de producción que tienen los valles cruceños, sobre todo en frutas y hortalizas que surten los mercados de Santa Cruz y el país, pero hay que aprovechar las buenas condiciones de suelo y luminosidad para tratar de cultivar productos de alto valor y apuntar a la exportación; eso no es un sueño, es posible si se adoptan medidas agresivas para crecer en el campo.
En el caso concreto de las frutas, Chile por ejemplo, ha acondicionado sus desiertos por más de una década y está produciendo duraznos para exportación. Aquí hay que preguntarse por qué no hacerlo en los valles cruceños, donde están dadas todas las condiciones para producir esta fruta con alta calidad y a buen precio.
Lo mismo se puede decir de la uva, una fruta que bien puede dar en todas sus variedades porque los suelos de los valles son apropiados en todas sus dimensiones.
Es cierto que hay varios lugares en los valles donde los espacios son pequeños, pero se comete un error cuando se produce papa por ejemplo, siendo que este tipo de cultivos es fuerte en las zonas tropicales, donde ya están obteniendo buenos rendimientos.
En cuanto a los sistemas de riego con provisión de agua de los ríos que son bien aplicados en los valles, también hay que apuntar a las cosechas de agua que se aplican en otros lugares, que consiste en perforaciones para extraer el líquido elemento a través de bombas.
Entonces, como se ve, hay opciones que todavía no son bien explotadas y por lo tanto falta un complemento en los procesos de producción que pueden llevar a los agricultores de las zonas de los valles a convertirse en grandes opciones, no solo para el consumo interno, sino para apostar por la exportación, por qué no a corto y mediano plazo.
Más allá de las condiciones impuestas por el cambio climático, cultivando productos de alto valor en los mercados se puede reforzar el referente que de por sí sostiene la producción en los valles.
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