martes, 6 de noviembre de 2012
Proponen la producción de biocombustible con efluentes industriales de gaseosas
El método, novedoso y de bajo impacto ambiental, permitiría obtener bioetanol a partir de líquidos de desecho. Fue desarrollado por científicos de la Universidad Nacional del Litoral.
El bioetanol se obtiene generalmente a partir del maíz y de la caña de azúcar, entre otros cultivos. Sin embargo, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) identificó una fuente alternativa para producir este biocombustible, muy demandado por el sector energético: los efluentes de la industria de bebidas gaseosas.
Se trata de una alternativa novedosa que permite disminuir la carga contaminante de los efluentes y, como valor agregado, posibilita la obtención de bioetanol. “Es un proceso de bajo impacto ambiental porque no genera contaminantes adicionales”, explicó Kevin Schanton, estudiante de Ingeniería Ambiental que trabajó bajo la dirección de Miguel Isla y la codirección de Raúl Comelli.
Un litro de gaseosa que las empresas desechan en el medio ambiente es tan contaminante como 25 litros de un efluente cloacal, debido a su gran cantidad de azúcares. “Cada litro de gaseosa común tiene entre 100 y 120 gramos, cifra con la que se pueden obtener entre 50 y 60 gramos de etanol”, calculó Isla, docente e investigador de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas (FICH), en Santa Fe.
Además, apuntó que el proceso de obtención es similar al que se utiliza para conseguir bioetanol a partir de otros sustratos como, por ejemplo, la melaza de caña. Sólo hay que sembrar levaduras y los microorganismos se encargarán de transformar el azúcar en alcohol.
Sin embargo, Isla manifestó que había un gran inconveniente que los investigadores debieron superar: los conservantes que contienen las gaseosas y que se encargan de que no prosperen ni actúen microorganismos y levaduras. Para hacerle frente al problema, los científicos santafesinos idearon varias estrategias. Entre ellas, “aclimatar” a las cepas de levaduras para que dejen de ser sensibles a los inhibidores. O inocular la gasesosa con un “batallón” de microorganismos para absorber los aditivos y producir el alcohol.
Isla también destacó que con el método desarrollado en la FICH se puede obtener alcohol en unas seis horas. “Además, todo se puede hacer en reactores químicos convencionales, por eso el proceso es muy sencillo. Se usan tanques fermentadores como los de las cervecerías”, señaló.
Los costos y la duración de los procedimientos convencionales suelen ser elevados en relación con el proceso que proponen los investigadores, basado en la fermentación alcohólica mediada por levaduras. “Las operaciones clásicas de tratamiento de efluentes requieren equipos costosos que consumen mucha energía. La posibilidad de obtener simultáneamente productos con valor de mercado, como proponemos en nuestro proyecto, permitiría reducir esos costos. Además, el tiempo de tratamiento con este método es menor”, puntualizó Schanton.
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