Debido a la sumatoria de varios fenómenos climatológicos, principalmente por las consecuencias de una prolongada sequía que se arrastra desde hace dos años en el valle alto, apenas un 40 por ciento de toda la producción de durazno de San Benito, Cliza, Arbierto, Punata y Tarata ingresará al mercado de Cochabamba a partir de la segunda quincena de febrero.
“Hace cinco años, cuando los fenómenos climáticos no eran tan severos, los duraznos de San Benito, Cliza y Arbieto inundaban el mercado local a mediados de enero. Ahora vamos a tener que esperar un mes, porque lo poco que no ha sido dañado tiene todavía que madurar hasta fines de febrero”, comentó María Trujillo, productora de durazno de Arbieto, con media hectárea de durazno.
Las heladas de hasta tres grados centígrados, las elevadas temperaturas por encima de los 30 grados, las tormentas de granizo y los vientos huracanados que se registraron entre septiembre y octubre del año pasado dañaron más del 55 por ciento de las plantaciones de durazno en etapa de floración que no pudieron recuperarse debido a la falta de agua.
“Las pérdidas económicas, debido a la baja producción de durazno, varían mucho, entre 4 y 7 mil dólares por familia dependiendo de la cantidad de plantaciones. Tenemos afiliados que han perdido toda su producción, otros que han logrado recuperar entre un 40 o 60 por ciento; pero en promedio se ha perdido más del 55 por ciento de la producción”, comentó Efronio Álvarez, presidente de la Asociación Agropecuaria del Valle Alto (Agroval) a tiempo de referir que el año pasado, el principal problema fue una sequía severa.
Puso el ejemplo de un productor que antes cosechaba tres cajones de 20 kilos por planta y ahora apenas recogerá una caja por planta.
Según datos preliminares del censo frutícola en actual implementación, en los seis municipios del valle alto (San Benito, Cliza, Arbieto, Tolata, Punata y Tarata) existen alrededor de 900 familias dedicadas a la producción de durazno en aproximadamente 1.200 hectáreas.
Para el presidente de la Plataforma de Coordinación Interinstitucional e Innovación Tecnológica Frutas del Valle (Placiit-FV), Humberto Vargas, cada año que pasa son mayores los desastres provocados por los fenómenos climatológicos en la región, al extremo que muchas familias abandonaron la fruticultura por otras actividades de menor riesgo.
Ante la baja producción y pérdidas económicas, informó que la Plataforma Frutas del Valle viene estudiando la incorporación de otras variedades tempranas y tardías de durazno más resistentes a los fenómenos climáticos como el jade, el chimarrita y el TGB; la reactivación de la estación experimental de San Benito para desarrollar material genético; la producción certificada de plantines; y la diversificación de la producción a manzanas, uvas, tunas e incluso damascos y ciruelas.
En su criterio, la implementación de un sistema de alerta temprana, con una inversión que fluctúa entre 5 y 13 mil dólares, resulta imprescindible para prevenir heladas, tormentas de lluvia, granizos y otro tipo de desastres naturales.
Eva y princesa alivian crisis de durazneros
Ante la sorpresa de muchos incrédulos y después de experimentar por dos años su crecimiento, las primeras 1.400 plantas de las variedades de manzana colorada Eva y princesa sembradas en 17 huertas familiares del municipio de Cliza empezaron a producir un promedio de 80 kilos por manzanal, informó el presidente de la plataforma Frutas del Valle.
Refirió que las dos variedades de manzana colorada se adaptaron sin problemas a los suelos de la región debido a que tienen bajos requerimientos de horas frío, dulzura, coloración y tamaño, que fácilmente pueden competir e incluso destronar de la preferencia familiar a las manzanas importadas de Argentina y Chile.
“La variedad princesa tiene tres etapas de floración. Cuando le agarra el frío en plena floración se cae y de nuevo florece, y si hace falta se completa”, sostuvo.
Los plantines de ambas variedades fueron entregados hace dos años a las 17 huertas familiares a razón de 15 bolivianos. “El año pasado obtuvieron buena cosecha, pero este año están bien cargadas, al extremo que las ramas se están rompiendo”, comentó a tiempo de informar que a mediados de la próxima semana ingresarán a los mercados de la ciudad en cajas especiales y con marca.
“Actualmente estamos desarrollando el sistema de empaque y aprendiendo a cosechar manzanas con pedúnculo para que el producto aguante dos a tres meses sin refrigeración”, dijo.
Durazneros
Bs 300 mil para tres proyectos
J En el primer semestre de la presente gestión, la Plataforma Frutas de Valle Placiit complementará el censo frutícola en los municipios de Arbieto y Tolata; realizará una campaña abierta para acabar con la mosca de frutas; y capacitará a 25 expertos en fruticultura con un presupuesto de 300 mil bolivianos, cuya contraparte de 78 mil bolivianos será cubierta por los municipios de Cliza, Arbierto, Punata, Tarata, San Benito y Tolata para mejorar la producción frutícola en toda la región del valle alto.
SONDEO
Juvenal Tenorio,productor de durazno
“Los principales problemas que afectan a los productores de durazno del valle alto son, por una parte, las heladas y granizadas, que en mi caso han dañado un 70 por ciento de mis cultivos de durazno Gumucio Reyes, y, por otra, la sequía que estamos soportando desde hace dos años aproximadamente”.
“Ante la crisis alimentaria que nos está afectando a todos los bolivianos, las alcaldías deben atender, con preferencia, todos los requerimientos del sector agropecuario para garantizar precisamente la producción de alimentos”.
“Los productores de frutas y de otros alimentos necesitamos que las alcaldías de la región y la Gobernación construyan diques, represas y sistemas de riesgo para canalizar la enorme cantidad de recursos hídricos superficiales que tenemos en el valle alto.
Ahí están durmiendo el sueño de los justos, varios proyectos integrales de riego como las represas de Kewiña k’ocha, Suches, Bombeo Corani y Yungas de Vandiola, que lamentablemente no avanzan por ineficiencia y diferencias de carácter político”.
Eufronio Álvarez, Pdte. Agroval.
“Lamentablemente los cambios climáticos y en particular la sequía han retrasado un mes y medio la cosecha y venta de durazno”.
“Lamentablemente este año mucha cosecha no va a haber en ningún sector, por todo lo que hemos visto. En muchos casos se ha perdido hasta un 70 por ciento de la producción. En mi caso no voy a cosechar ni el 20 por ciento, a partir del 20 o 25 de febrero para terminar en marzo, porque en este momento recién están empezando a colorear”.
“Para superar este problema de la baja producción que se da todos los años, necesitamos introducir variedades tempraneras, para evitar los fríos de octubre y cosechar en diciembre y enero”.
“En este momento, la Gobernación poco nos está ayudando, necesitamos asistencia técnica, mejorar los sistemas de riego, semillas mejoradas, material genético certificado, una estación meteorológica para prevenir la llegada de las heladas, las granizadas y sobre todo para evitar desastres naturales”.
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