Hasta ayer, en el departamento de Santa Cruz se registraron 25.000 familias afectadas por la sequía en 25 municipios, informó el responsable del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) de la Gobernación cruceña, Guillermo Saucedo.
Hasta mediados de septiembre, esta misma autoridad había señalado que 18.000 familias sufrían por los embates de este fenómeno natural. Una muestra de la magnitud de la emergencia, destaca, es que en estos días el gobierno departamental está movilizando 43 camiones cisterna para asistir a los afectados.
Según los reportes del COE departamental, por la sequía en el departamento ya han perecido entre 15.000 y 20.000 cabezas de ganado, vacuno especialmente (10.000 en la provincia Cordillera), y están en riesgo de muerte unas 70.000.
La provincia más afectada es Cordillera, el Chaco cruceño y el municipio de Charagua, donde se requiere alimento y agua tanto para las personas como para el ganado, además del apoyo con semilla.
“La situación es crítica por cuanto los recursos son limitados y la demanda se va multiplicando. Lo más grave de todo es que hay mucha gente, principalmente de Cordillera, que ha tenido que emigrar a otras provincias, incluso a Argentina, buscando trabajo”. En Cordillera se estima una pérdida del 88 por ciento de la producción agrícola, lo que significa que en noviembre comenzará una crisis alimentaria.
Sostuvo que los fuegos aportan en esta crisis. “Hay brote de enfermedades, como diarrea, conjuntivitis; a lo que vienen sumados los efectos de los incendios; tenemos albergues en los cuales se presentan problemas por contaminación de agua o enfermedades, por el contacto de personas en un campamento”.
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La sequía en el oriente boliviano ha dejado sin agua y alimentos tanto a personas como a animales.
Este fenómeno es agravado por los constantes chaqueos e incendios que han arrasado parte del territorio.
En una semana, el número de familias damnificadas registradas aumentó de 18.000 a 25.000.
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