“Antes solo se sembraba papa y trigo, ahora tenemos muchas variedades de productos gracias al sistema de riego”, mencionó Limber Zeballos, expresidente de la Asociación de Riegos de Sacabamba.
Zeballos se refiere a la represa Ch´iara Qhochi, en el distrito de Ch´allaqe del municipio de Sacabamba que fue construida el año 2000 con el apoyo de la Organización No Gubernamental Centro de Investigación y Promoción del Campesinado (CIPCA).
El proyecto beneficia a 148 familias agricultoras del lugar. En los últimos 16 años han logrado diversificar su producción y han triplicado el volumen de sus cosechas anuales. Cultivan dos variedades de trigo (México y Arnito), papalisa, oca, pukaoca, papa, haba, maíz (Blanco, Rojo, Amarillo, Negro), zapallo, durazno, entre otros.
Los beneficiados por el sistema de riego se han organizado por acciones, según las horas de trabajo. 150 jornales son equivalentes a una acción que da derecho a usar 5 litros de agua por segundo durante 8 horas en tiempo de cosecha. El director regional de CIPCA, Juan Calos Alarcón, explicó: “hay gente que tiene hasta dos acciones, es decir que han trabajado por más de 300 días para obtener esos beneficios”.
Los productores aseguraron que Sacabamba ya no depende solo de la lluvia. Tienen la posibilidad de tener hasta tres cosechas al año.
Sacabamba fue declarada zona de desastre por la sequía los años 1987 a 1992 que derivó en la migración . “Teníamos que ir hasta Cochabamba y a otros lugares a buscar trabajo, porque no nos alcanzaba el dinero, no había cosecha. Necesitábamos para los estudios de nuestros hijos y para comer”, relató Martín Canchari, de Ch’allaqe.
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