En 2011, un 92% de la producción de soya utilizó semillas transgénicas, este año en el 100% de los cultivos se apeló a este tipo de germen, de acuerdo con datos de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas (Anapo).
“En el caso del sector soyero, estamos utilizando esta herramienta tecnológica con la resistencia al herbicida glifosato”, informó ayer el gerente de planificación de Anapo, Jaime Hernández, quien recordó que el uso de esa biotecnología fue aprobada mediante Decreto Supremo 28225, el año 2005.
Las estadísticas de la Anapo evidencian que si bien en 2002 el total de la siembra de soya (cerca de 600 mil hectáreas) se efectuaba con el uso de semillas convencionales, en 2012, en el 100% de 1,1 millones de hectáreas se utiliza semilla transgénica.
El gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), Edilberto Osinaga, en el foro Sector Oleaginoso: Aporte Agroalimentario para Bolivia y el mundo, aseveró ayer que “no hay una prueba contundente de que la soya transgénica sea dañina”. Indicó que incluso si el país no llegara a producir soya con este tipo de semillas, igual la consumiría, ya que muchos productos importados utilizan ese germen.
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