viernes, 3 de junio de 2016

Manejo agroecológico del Tomate y su rol en la seguridad alimentaria en Bolivia

El tomate (Lycopersicum esculentum L.), conocido también como tomate, tomatera o jitomate, es una especie de la familia de las solanáceas, varios autores coinciden en indicar que es originaria de Centro y Sudamérica, Detrás de esta hortaliza colorada, se encuentra un tesoro sumamente valioso, por su contenido nutricional y que es objeto de numerosos estudios científicos.

El Dr. Edwardn Giovanucci de la Facultad de Medicina de Harvard, indica que hasta el momento ningún medicamento ha conseguido tener virtudes terapéuticas como el tomate para la prevención de diferentes tipos de cáncer especialmente de la próstata, pulmón y estómago. El nombre de tomate tuvo su origen en el mito del hombre lobo. Según leyendas germánicas, brujas y magos utilizaban los frutos de la belladona en sus pociones para convertirse en hombres lobo. Cuando el tomate llegó a Europa procedente de América.

Esto hace pensar que el tomate también fue cultivado y usado por los pueblos originarios mesoamericanos desde antes de la llegada de los españoles. Los mayas y otros pueblos de la región lo utilizaron para su consumo, y se cultivaba en México meridional, y probablemente en otras áreas hacia el siglo XVI. Dentro de las creencias del pueblo, quienes presenciaban la ingestión de semillas de tomate eran bendecidos con poderes adivinatorios.

REQUERIMIENTO AGROECOLÓGICO

Temperatura: la temperatura óptima de desarrollo del cultivo de tomate oscila entre los 20 y 30 °C durante el día y entre 10 y 17 °C durante la noche. Las temperaturas superiores a los 35 °C impactan negativamente sobre el desarrollo de los óvulos fecundados y, por ende, afectan el crecimiento de los frutos. Por el otro lado, las temperaturas inferiores a 12 °C afectan adversamente el crecimiento de la planta.

Humedad: la humedad relativa óptima oscila entre 60 % y 80 %. Con humedades superiores al 80 % incrementa la incidencia de enfermedades en la parte aérea de la planta y puede determinar, además, el agrietamiento de los frutos o dificultades en la polinización ya que el polen se apelmaza.

Luminosidad: el tomate necesita de condiciones de muy buena luminosidad, de lo contrario los procesos de crecimiento, desarrollo, floración, polinización y maduración de los frutos pueden verse negativamente afectados.

Suelo: la planta de tomate no es muy exigente en cuanto a suelos, excepto en lo que se refiere al drenaje, el cual tiene que ser excelente ya que no soporta el anegamiento. No obstante, prefiere suelos sueltos de textura silíceo-arcillosa y ricos en materia orgánica. En cuanto al pH, los suelos pueden ser desde ligeramente ácidos hasta ligeramente alcalinos cuando están enarenados.

VARIEDADES CULTIVADAS

El cultivo del tomate actualmente se encuentra extendido alrededor del mundo, con miles de cultivares que seleccionan una amplia variedad de especies. Los tomates cultivados varían en tamaño desde el tomate cherry o cereza que tiene entre 1 y 2 cm, hasta los tomates beefsteak que alcanzan más de 10 cm de diámetro. La variedad más ampliamente comercializada tiende a estar entre los 5 y 6 cm de diámetro. La mayoría de los cultivares producen frutos rojos, pero también existen algunos con amarillo, naranja, rosado, púrpura, verde o blanco. Las variedades se clasifican también por el hábito de crecimiento, y se reconocen dos grandes grupos de variedades, las de crecimiento indeterminado y las de crecimiento determinado.

SITUACIÓN DEL TOMATE EN BOLIVIA

La producción mundial de tomate, tanto fresco como procesado, alcanzó 108 millones de toneladas en el año 201HYPERLINK “https://es.wikipedia.org/wiki/2002”2, lo que implica un crecimiento del 291% sobre el total producido en el año 1961. En el mismo período 1961-2012, el rendimiento promedio mundial del tomate por unidad de superficie incrementó un 64%, llegando a las 36 tn/ha. En Bolivia, según datos del Ministerio de desarrollo Rural y Tierras la superficie cultivable en la gestión 2014/ 2015 fue 5601 has para producir 61178 tn con un rendimiento promedio de 10923 kg/ha, incrementado los rendimientos promedios respecto a la campaña agrícola 2013/2014 que fue de 10477 kg/ha.

Considerando que el cultivo de tomate es propia de climas templados a calientes, en Bolivia existen zonas agroclimáticas adecuadas para producir tomate durante todo el año, sin embargo en cada una de estas regiones, aún se tienen rendimientos bajos por causas diversas, factores bióticos y abióticos, generación de tecnología de manejo entre otros como la disponibilidad de semilla de buena calidad y el precio que aún no está accesible al horticultor.

En ese sentido es importante validar nuevas variedades con alto potencial productivo cuya semilla de las mejores variedades estén disponibles de manera permanente en las zonas tomateras, en el desarrollo de nuevas variedades de polinización abierta y/o híbridos e introducir material genético de interés que tengan características de productividad y resistencia a factores bióticos y abióticos a través de métodos de mejoramiento genético, con tolerancia a factores del tipo biótico y abiótico lo que permitirá a los horticultores adquirir semillas de calidad a precios accesibles.

Desarrollar y validar variedades de tomate con alto potencial de rendimiento y/o resistencia a factores abióticos/bióticos a partir de germoplasma nativo e introducido.Generar y validar alternativas tecnologías apropiadas para mejorar la productividad de los cultivos de tomate, en diferentes ecoregiones. Producir y multiplicar semilla de tomate de variedades mejoradas, generadas a partir de variedades nativas e introducidas.

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